Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Tres priistas, tres perredistas y uno externo, se hicieron hecho cargo de Michoacán durante los últimos 25 años, en cuyo tiempo la deuda pública y la inseguridad pusieron en jaque su gobernabilidad. A partir del primero de octubre, el primer morenista asumirá de manera oficial la titularidad del Gobierno del Estado, tras haber derrotado en las urnas el 6 de junio, así como en todos los juicios e impugnaciones que interpuso la oposición que mantuvo hasta el final el discurso de una “narcoelección”, y que no pudo sustentar. Silvano Aureoles Conejo, el último gobernador perredista, en su último bastión, tendrá que ceder el Poder Ejecutivo a Alfredo Ramírez Bedolla a partir del primer minuto del primero de octubre, y se mantendrá al frente de esta responsabilidad hasta el 2027. Asumirá un estado con enormes retos, principalmente por la inseguridad que golpea al estado, el déficit que asfixia a las finanzas, y endeble gobernabilidad a causa de los conflictos magisteriales y sociales que no se han logrado resolver. Los problemas que calan a Michoacán El último corte revela que Michoacán tiene una deuda que ronda en los 27 mil millones de pesos, entre compromisos con bancos, proveedores, contratistas y terceros institucionales. Ésta era mayor, pues en los primeros cinco años del actual gobierno se han pagado casi 7 mil millones de pesos. Esto permitió un mayor margen de maniobra para atender las prioridades. En el pasado, hubo asignaciones que se desviaron para atender las necesidades que se convertían en enormes “bolas de nieve” en educación y salud. La inseguridad comenzó a agravarse después del 2000, debido a la lucha intestina de los grupos delincuenciales que buscaban el control absoluto del territorio, sin embargo, fue hasta el 2007 cuando una ofensiva sin precedentes comenzó en Michoacán con la llamada “guerra contra el narcotráfico”. La acción comenzó en Apatzingán, el que más tarde se consolidara como el bastión de los cárteles que dominaron al estado. Felipe Calderón, entonces presidente de México, dio el banderazo de inicio. Víctor Manuel Tinoco Rubí (1996-2002) Originario de Zitácuaro, senador en funciones cuando fue invitado a contender por la gubernatura bajo las siglas del PRI. Compitió contra Cristóbal Arias, quien arropado por el Sol Azteca generaba una alta competencia, después de su primer intento en 1992, cuando denunció “fraude electoral” y asumió el poder Eduardo Villaseñor, quien se mantuvo en el poder durante 21 días. Felipe Calderón, quien después se convirtiera en presidente de México, fue impulsado por Acción Nacional en esa ocasión por la gubernatura, sin embargo, quedó en tercer lugar. Más de 460 mil votos lo llevaron a suceder a Ausencio Chávez Hernández. Para esos tiempos, el dolor de cabeza de Tinoco Rubí estaba concentrado en dos delitos que eran reclamados por la ciudadanía. A su llegada al gobierno, la queja era por el asalto constante de vehículos, mismos que eran interceptados en los caminos, desde Huetamo hasta Álvaro Obregón. Asimismo, los secuestros que se cometían en las regiones de Uruapan y Zacapu. Todo esto era articulado por llamada Banda de los 30, que tenía su bastión en la tierra caliente de Huetamo. A ese grupo le asestaron un duro golpe con el apoyo del Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República, una vez que se lograron encarcelar a sus integrantes. En aquella ocasión, la DEA le otorgó un reconocimiento al gobierno del Estado por la cooperación interinstitucional que se tuvo. Esto ameritó en aquellos tiempos encabezados como: “Gana Michoacán la guerra al crimen y a la delincuencia”. En deuda pública, recibió unas finanzas con compromisos que oscilaban en los 282 millones de pesos y se entregaron sólo 152 millones de pesos de pasivos al gobierno que le sucedió: el de Lázaro Cárdenas Batel, el primero emanado de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y fundado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Desde entonces, Michoacán se convirtió en su principal bastión. Lázaro Cárdenas Batel (2002-2008) Nieto del general Lázaro Cárdenas del Río, senador en funciones e hijo del exgobernador, el ingeniero Cárdenas Solórzano, se convirtió en el primer perredista en tomar el poder en Michoacán. Esa histórica elección significó “carro completo” para la llamada alianza Unidos por Michoacán que fue integrada por seis partidos políticos, llevándose más del 40 por ciento de los sufragios que se emitieron en esa ocasión con más de 530 mil sufragios. El antropólogo derrotó al priista Alfredo Anaya y al panista Salvador López. Conquistaron el voto para obtener 13 diputaciones uninominales y 67 de las 113 alcaldías, por lo que se convirtieron en la primera fuerza política y desde Michoacán se catapultaron en el país. En 2002, Michoacán vivía una confrontación entre dos grupos delictivos. El llamado Cártel del Milenio, vinculado al Cártel de Sinaloa, con el Cártel del Golfo, quien reemplazaba al que era dominante. Coincidió su gobierno, con un tramo de la administración federal del michoacano, Felipe Calderón Hinojosa, a quien le solicitó su intervención para combatir a la delincuencia, uno de los enormes retos que tuvo que cargar a cuestas. Vicente Fox desoyó las peticiones que le hicieron para que intervinieran con fuerzas especiales a recuperar el control territorial. En 2007, unas semanas después de que asumiera la Presidencia de México, comenzó en Michoacán el “Operativo Conjunto Michoacán”, desplegando militares a todo el territorio para hacerle frente al poder de la Familia Michoacana, cártel que más tarde capturó a Michoacán. El problema cobró dimensiones mayores, una vez que presos ligados a esa organización criminal secuestró a los propios abogados de oficio de ellos mismos, los secuestraron y degüellaron dentro del penal David Franco Rodríguez. A partir de ese momento, miles de elementos federales se apoderaron del estado para debilitar a esa organización que tuvo su empoderamiento mayor en los tiempos del gobierno que le sucedió, el del también perredista Leonel Godoy Rangel, en donde hicieron crisis varios temas, entre ellos, la deuda pública. Según especialistas, el problema que se generó fue cuando se creó la cuenta de “Cargos por aplicar” en el 2003, en donde se depositaban todos los recursos que enviaba la Federación, incluyendo los empréstitos, dejando a discreción del Gobierno su aplicación. Leonel Godoy Rangel (2008-2012) Originario de Lázaro Cárdenas, con maestría en derecho. Exsecretario de gobierno de Cárdenas Batel y senador en funciones, fue invitado a contender por la gubernatura, cuyo periodo se acortó a poco más de cuatro años. Con más de 550 mil votos, se impuso frente al priista Jesús Reyna García y al panista Salvador López Orduña, quien por segunda ocasión buscó esa postulación. El exdirigente nacional del PRD, y exdiputado federal llegó a gobernar un estado que poco a poco convulsionaba por la inseguridad y una deuda pública que comenzaba a asfixiar la operatividad de la administración. Entre 2005 y 2007 fueron ejecutadas mil 213 personas en el estado, una cifra que preocupaba a las autoridades. Su administración recibió una deuda de más de 9 mil millones de pesos. Este gobierno estuvo marcado por un serio distanciamiento con el presidente Felipe Calderón, aunado a que se registraron dos momentos inusitados: “Los granadazos” del 15 de septiembre del 2008, en contra de civiles que celebraran en la plaza pública de la capital del estado el “Grito de Independencia”, así como el “Michoacanazo”, operativo que consistió en la captura de funcionarios públicos, que en su momento fueron acusados de tener nexos con el crimen. La relación entre ambos fue tensa. Eso complicó la operación de programas y acciones en favor de los michoacanos, que se coronó con la llegada de la entonces secretaria de Elecciones del PAN, Luisa María Calderón Hinojosa, quien se encargó de hacer públicos una serie de momentos que provocaron la convulsión del estado, entre ellos, la deuda pública que crecía como la espuma. A ese gobierno, se les atribuye una deuda superior a los 16 mil millones de pesos, contando lo que heredó de su antecesor. Aunado a la crisis de seguridad que se vivía, producto del surgimiento de una nueva organización criminal En 2010, el gobierno de Calderón anuncia la muerte de Nazario Moreno, una de las cabezas de la Familia Michoacana. Sin embargo, más tarde se confirmó que no había ocurrido. Esto permitió un mayor margen de maniobra de esta organización, que más tarde se rompió y surgieron los Caballeros Templarios, cuyo grupo tuvo que enfrentarse al gobierno de Fausto Vallejo Figueroa, quien le sucedió en el encargo al hoy experredista Leonel Godoy Rangel. Fausto Vallejo Figueroa (2012-2013 y 2013-2014) Cuatro veces fue alcalde de Morelia, y con amplia experiencia en la administración pública estatal y municipal. Con él, culminó una era consecutiva del perredismo, pues llegó arropado por las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), convirtiéndose también en un fenómeno, después de haber derrotado por 50 mil votos a Luisa María Calderón Hinojosa, hermana del presidente de México, y al perredista Silvano Aureoles Conejo, hoy mandatario estatal. Haber derrotado al poder de Felipe Calderón Hinojosa le costó caro a Vallejo Figueroa, pues según sus relatos, él le solicitó apoyo en su último tramo de gobierno, sin embargo, en vez de que llegaran recursos, se aplicaron descuentos a retrasos que se generaron con gobiernos pasados por diferentes conceptos. “No aceptó que se le ganara”, se decía en esos tiempos, y es reiterado ahora por priistas. Con el presidente convivió Vallejo Figueroa desde antes de llegar a la gubernatura, pues era el alcalde de Morelia. Se trató también de un periodo corto de gobierno, de poco más de 3 años, sin embargo, en ese tiempo ocurrieron acontecimientos que pusieron en jaque a la entidad, entre ellas, el surgimiento de los grupos de autodefensa, mismos que se revelaron en contra del poder que ejercían los grupos delincuenciales. El fenómeno social ocurrió en la tierra caliente, en donde se denunció la infiltración de los Caballeros Templarios a las estructuras del gobierno. En ese entonces, funcionarios fueron detenidos acusados de esos presuntos vínculos. Esto último ocurrió, tras la llegada de una comisión nombrada por el presidente Enrique Peña Nieto, debido a la convulsión social que incluso fue reclamada a nivel internacional al gobierno de México. Fueron nombrados funcionarios en seguridad pública y procuración de justicia estatal, a fin de que comenzaran con una limpia, misma que desde el periodo anterior fue solicitada por la administración federal. La detención de servidores públicos, y la aparente intromisión de enviados federales a tareas del gobierno del estado tensó la relación. Vallejo Figueroa solicitó en tres ocasiones licencia para ausentarse de su encomienda, aunque la última fue para separarse de manera definitiva del Poder Ejecutivo. En los más de 270 días que estuvo ausente, se hizo cargo del poder Jesús Reyna García, quien fungía como secretario de Gobierno, y uno de los principales liderazgos del priismo michoacano. La deuda pública en ese periodo de gestión que estuvo dirigido por tres personas (Fausto Vallejo Figueroa, Jesús Reyna García y Salvador Jara Guerrero) se disparó otros 5 mil millones de pesos la deuda estatal, según el gobierno de Michoacán. Jesús Reyna García (2013) Excandidato a gobernador, originario de Huetamo, uno de los liderazgos más claros del priismo michoacano. Llegó al gobierno de Vallejo como su secretario de Gobierno, por lo que durante la ausencia del mandatario se hizo cargo del Poder Ejecutivo como mandatario interino. La inseguridad y las finanzas se mantuvieron como los principales problemas que golpearon a la entidad en la gestión de Vallejo Figueroa. Al regreso del gobernador electo a la administración pública, meses más tarde, Salvador Jara Guerrero fue ungido como mandatario, una vez que Vallejo Figueroa separó de manera definitiva de su encomienda; las fricciones con la comisión que encabezó Alfredo Castillo Cervantes terminó por romper la liga. El compromiso que en ese momento se estableció con el priismo, es que sería nombrado un afín al partido, sin embargo, emergió de la academia, tras su paso como rector de la Universidad Michoacana. Salvador Jara Guerrero (2014-2015) Después de la descomposición social que vivió el estado, se decidió que sería Jara Guerrero el gobernador de Michoacán para concluir la administración estatal. Con doctorado y una carrera dedicada a la academia, brincó al escenario político. En su periodo, transitó Michoacán de la extinción de los grupos de autodefensa a la creación de la Policía Rural, en donde se inscribieron quienes se levantaron en armas en contra del crimen. El gobierno de Peña Nieto se mantuvo de cerca a la administración. Su enviado Alfredo Castillo coordinó gran parte de las estrategias que se desplegaron en esa administración y se ofreció apoyo inédito. Sin embargo, al término de ese gobierno, dejaron herencias financieras a Silvano Aureoles por más de 34 mil millones de pesos, entre deuda contingencia y compromisos institucionalizados. La gran encomienda que se le asignó a Jara Guerrero era que se lograra una transición tersa, pues en 2015 se celebraran elecciones nuevamente para renovar la gubernatura; ese próximo periodo ahora sí sería de seis años. Jara Guerrero hizo cambios en el gabinete, y entregó completamente la rectoría de la seguridad al gobierno de la República. En su gestión, se ejecutaron importantes obras como el Libramiento Norte, así como las autopistas de La Barca-Sahuayo, y en La Piedad, mismas que se pactaron en lo que se denominó “Plan Michoacán”, anunciado desde el gobierno de Vallejo Figueroa. Silvano Aureoles Conejo (2015-2021) El PRD nuevamente logró el gobierno del Estado con Silvano Aureoles Conejo. Con más de 637 mil votos, derrotó al priista Ascención Orihuela Bárcenas y a la panista Luisa María Calderón Hinojosa. Originario de Carácuaro, arrasó en la contienda al ganar 16 diputaciones locales y alcaldías. Se trataba del segundo intento por lograr el Solio de Ocampo. Recibió el gobierno del Estado con una deuda superior a los 38 mil millones de pesos, y una descomposición y desorden en las policías, una vez que existían varias corporaciones que impedían un óptimo trabajo. La deuda pública y la inseguridad, nuevamente se convirtieron en los dolores de cabeza de este gobierno, aunado a que el magisterio radicalizó sus acciones debido a que se cerró la llave a la firma de minutas. Se creó la Policía Michoacán, se pagaron más de 10 mil millones de pesos de deuda, y tramitó la federalización de la nómina, sin embargo, el escenario político metió en jaque a las autoridades. En 2018, con motivo de la elección presidencial, Aureoles Conejo decidió no apoyar la alianza conformada entre el PAN y PRD, y tampoco a Morena, que había postulado al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, y se sumó a las simpatías con José Antonio Meade, postulado por el PRI. Los gobiernos en el mundo han enfrentado una pandemia, que ha modificado la forma de hacer gobierno y política, y ha tenido que sortear los coletazos de Morena, así como los constantes desencuentros con el gobierno federal, con quien no coincide en la instrumentación de sus políticas. Alfredo Ramírez Bedolla Recibirá un estado con una carga pesada por la deuda y compromisos que no se han logrado cumplir. Su equipo estima un boquete superior a los 50 mil millones de pesos. Al magisterio se le adeudan más de 3 mil 800 millones de pesos. La inseguridad sigue golpeando, y peor aún, se tiene la presencia de unas 10 células o gavillas que controlan el territorio, convirtiéndolo en uno de los desafíos más importantes de su administración, pues tres municipios (Coalcomán, Aguililla y Tepalcatepec) están copados por la delincuencia. Tiene en sus manos la oportunidad de darle oxígeno a la imagen del Poder Ejecutivo, yendo de la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador para lograr la inversión prometida para el rescate de la entidad. Ambos, forman parte del mismo proyecto político, lo que convierte en posibilidades la mayor inversión para Michoacán en varios sectores como el campesino, seguridad, educativo y salud, que según sus reflexiones, son los que merecen atención urgente para los próximos seis años.