José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Luego del sacrificio por envenenamiento de 13 perros en situación de calle, ciudadanos se manifestaron en diferentes sectores de la ciudad exigiendo al alcalde iniciar una investigación para esclarecer y deslindar las responsabilidades. Ello después de que en la madrugada del 30 de septiembre aparecieran tanto en el mercado como en las plazas de la ciudad más de una decena de perros envenenados, lo que causó la indignación tanto de la sociedad civil como de organizaciones animalistas que en primera instancia abordaron las redes sociales para manifestar su repudio y posteriormente respondiendo a una convocatoria ciudadana. Así fue que realizaron una manifestación en los portales de la alcaldía y en la explanada de la Fuente de la Aguadora, exigiendo justicia para los animales sacrificados. En su momento, y de acuerdo con las autoridades locales, no existía siquiera abierta una investigación sobre estos hechos ya que, se señaló, estos animales eran un riesgo para la ciudadanía, aunque, aclararon, ello no justificaba el hecho de su sacrificio de esta forma. Sobre este tema, el regidor Daniel Mendoza, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Protección Animal y Desarrollo Rural, lamentó el hecho y recordó que existe una reglamentación local en esta materia, que sanciona a quien resulte responsable de estos hechos. También destacó que la investigación de esta acción, que constituye un delito, debe ser realizada con la seriedad debida dados los antecedentes ocurridos meses atrás, en la tenencia de San Martín Totolán, en la que también se realizó el envenenamiento de animales tanto en situación de calle como domésticos. La postura oficial Luego de esta manifestación de ciudadanos la alcaldía hubo de fijar su postura sobre este tema; sin embargo, y a decir del alcalde, Elías Barajas, fueron solamente siete los perros sacrificados; sin embargo, aseguró que a través de los canales conducentes se abriría una minuciosa investigación para dar con los culpables de este envenenamiento. A través de redes sociales, algunos usuarios han realizado un llamado a no realizar compras en el Mercado Zaragoza como una medida de rechazo a la actitud que han asumido algunos locatarios sobre este tema, ya que quienes se decían mayormente afectados por la presencia de las jaurías de perros eran justamente los oferentes de este centro de abasto. Pese a que la alcaldía ofreció iniciar la investigación, hasta el momento no hay resultado alguno, por lo que las organizaciones animalistas de esta ciudad están reclamando que se acelere el proceso, con la intención de que esto no quede sin castigo, como lo ocurrido meses atrás en la tenencia de San Martín Totolán, donde también se realizó el envenenamiento de animales de la calle y de mascotas domésticas. De acuerdo con la fracción XII del Artículo 5 del Reglamento de Protección Animal del Municipio de Jiquilpan vigente desde 2013, está prohibido “suministrar o aplicar sustancias tóxicas que causen daño a los animales”, por lo que más que un tema moral o de humanidad, las organizaciones animalistas locales señalan que se trata de un delito que debe ser castigado como tal y que el ofrecimiento hecho por la alcaldía no es una postura de buena fe, sino simplemente el cumplimiento de las leyes que juró guardar y hacer guardar en el marco de su protesta como alcalde. El sacrificio de animales, señalan, viola también la fracción XIX del mismo artículo que prohíbe “producir la muerte del animal por un medio que le cause dolor, sufrimiento, angustia o que le prolongue su agonía, causándole sufrimientos innecesarios”. En ese tema, las organizaciones establecieron la necesidad de una pronta acción por parte de las autoridades locales. Foto, José Luis Ceja. Envenenamiento de perros en Michoacán Desde 2018 diversos medios de comunicación han dado cuenta del envenenamiento de perros tanto en situación de calle como en mascotas. Ciudades como Morelia, Quiroga, Cuitzeo, Maravatío y Jiquilpan, entre otras, han presentado casos de envenenamiento de perros, lo que ha llevado a que, incluso, en algunas de estas ciudades se hayan ofrecido recompensas para dar con el paradero de quienes realizaron esta innoble labor en perjuicio de los animales. En el caso de Jiquilpan, de acuerdo con quienes estuvieron cerca de los animales sacrificados, señalaron que derivado del olor que se percibía todo hacía pensar que para su envenenamiento se utilizaron productos como fosfuro de aluminio (fosfamina), que se utiliza en labores agrícolas para curar el maíz, y otro producto conocido como Flor de Mercurio. Foto, José Luis Ceja.