La Flor del Amor: la leyenda de la flor de Cempasúchil

Mientras exista la flor de Cempasúchil y los colibríes, el amor seguirá existiendo por la eternidad.

Diana Franco / La Voz de Michoacán

Morelia. Cuenta la leyenda que mucho tiempo, nació una niña llamada  Xóchitl y un niño llamado Huitzilin, desde ese momento, ambos compartieron toda su infancia y crecieron juntos, hasta que esa gran amistad se convirtió en un dulce y tierno amor.

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Su amor era tan grande, que un día decidieron subir hasta lo alto de una colina, justo en donde el sol deslumbraba con gran belleza, pues sabían que allí moraba el Dios del sol, Tonatiuh.

Ambos emprendieron el largo y cansado camino hacia lo alto de la colina solamente para pedirle al Dios que les diera su bendición y cuidado para poder seguir amándose.

El dios del sol se sintió muy conmovido por el amor que había visto en los dos jóvenes, que bendijo su amor y aprobó que ellos dos estuvieran juntos, pues su cariño era  sumamente inmenso.

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Pero un día, todo cambio, Huitzilin fue convocado a participar  en una batalla para defender su pueblo y los dos enamorados tuvieron que separarse para que él se marchara a la guerra.

Después de un tiempo,  Xóchitl se enteró que Huitzilin habia muerto en la batalla, su dolor fue tan grande que le rogó con todas sus fuerzas a Tonatiuh, para que este le permitiera unirse con su gran amor.

El dios, al verla tan afligida y llena de un inmenso dolor, decidió convertirla en una flor muy hermosa, lanzó un rayo de sol sobre la joven, y de la tierra brotó un hermoso botón, pero por alguna razón, este no floreció por un largo tiempo.

Un día, el aroma tan inconfundible de la hermosa flor, atrajo a un precioso colibrí que sin pensarlo, se posó sobré aquel pequeño botón, en ese momento, la flor se abrió, mostrando sus hermosos pétalos de color amarillo, tan radiantes y vivos como el mismo sol, era la  flor de cempasúchil.

La flor había reconocido que aquel colibrí era su amado Huitzilin, quien había tomado  esa forma para poder visitar a su amada.

La leyenda dice que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará para siempre.