Vacuna nicolaita, frenada por recurso; proyecto requiere 30 mdp

Este tipo de vacuna contra el coronavirus únicamente la prepara un laboratorio de Estados Unidos y, en este caso, también la Universidad Michoacana.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Continúa el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19 por parte de investigadores nicolaitas, sin embargo, va a paso lento, son 30 millones de dólares lo que se requerirán para consolidar las siguientes etapas, expuso Rosa Elvira Núñez Anita, profesora investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH)

PUBLICIDAD

La investigadora la semana anterior fue galardonada con el premio estatal de Ciencia en la categoría de Tecnología, al participar el desarrollo de una vacuna ante la pandemia que se vive de coronavirus.

En entrevista con La Voz de Michoacán, expuso que el proceso es lento y afecta la falta de recursos suficientes, “nosotros tenemos 10 años investigando virus, patógenos respiratorio que afectan animales, a partir de la pandemia quisimos trasladar nuestros conocimientos para poder contribuir en el conocimiento”.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Reiteró que todas las investigaciones que realizan para el tema parten de cero y que no hay una guía de hacia dónde ir, “podemos basar en nuestro conocimiento, pero ese virus es nuevo hay que revisarlo y sus componentes para elegir las partes del virus que pueden formar parte de un biológico de una vacuna”.

PUBLICIDAD

Agregó que están en el desarrollo básica de la parte preclínica, por lo que esperaban que pronto pudieran obtener recursos a nivel estatal y nivel nacional, porque sería indispensable que se pudiera desarrollar una vacuna mexicana, ante las implicaciones económicas y por supuesto la protección que se requerirá.

“Hemos visto que el virus cambia muchísimo, tiene una tasa de mutación muy alta, seguramente seguirá haciéndolo, tenemos que estar listos, no siempre hay recursos para comprar siempre en el extranjero, tenemos que implementar nuestros conocimientos y hacer un desarrollo tecnológico propio”, apuntó.

Agregó que depende mucho de la parte económica, porque ello robustece la ampliación del trabajo y las capacidades técnicas, aunque señaló que, favorecidos por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para aumentar nuestras capacidades técnicas, pero aún se requieren más recursos, ya que estiman se requieren alrededor de 30 millones de dólares.

Contenidos relacionados

“También se requiere la implementación y la experimentación para demostrar que los principios que estamos identificando puedan ser evaluados apropiadamente y que sean seguros, posteriormente hay una etapa regulatoria, después estaría en las fases clínicas y finalmente otra etapa regulatoria y finalmente llegaría al mercado”.

Es importante señalar que la universidad ha señalado que se trata de una vacuna tipo mosaico, conformada por 16 fragmentos de proteínas propias del virus, la segunda de esas características en el mundo.

 La vacuna es conocida así porque está integrada por 16 diferentes fragmentos de proteínas (péptidos) que se han identificado a través de un análisis exhaustivo del genoma del SARS-CoV-2.

El material genético del coronavirus codifica proteínas que fabrican la partícula viral y de ahí se identificaron 16 fragmentos que pueden inducir una respuesta inmunológica muy favorable.

Esta vacuna tiene características para lograr dos objetivos: el primero es que se generen anticuerpos neutralizantes (Iggs) de largo plazo, para lo cual también necesitan que se produzcan linfocitos (células) B de memoria, que son los que producen los anticuerpos y por otro lado la producción de linfocitos T o linfocitos CD8 activados.

Este tipo de vacuna contra el coronavirus únicamente la prepara un laboratorio de Estados Unidos y, en este caso, también la Universidad Michoacana.

De igual forma la Universidad trabaja en un par de pruebas rápidas para detectar el virus en máximo 45 minutos y a muy bajo costo, las pruebas funcionan con biosensores que detectan el virus en un lapso no mayor a 45 minutos, así como anticuerpos y antígenos del SARS-CoV-2.