Antiguo hospital Juaninos resguarda los vestigios de ser testigo del desarrollo de la medicina en Michoacán

Casi al finalizar el siglo XVIII, específicamente en 1794, fue rebautizado como el Real Hospital de San Juan de Dios, mismo que pasó a manos de los religiosos de San Juan de Dios para su gestión.

Foto: Sam Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En el corazón del Centro Histórico de Morelia se ubica uno de los inmuebles con mayor importancia por su valor arquitectónico y social acumulada durante los últimos cuatro siglos. El Antiguo Real Hospital de San Juan de Dios, fue uno de las sedes de la orden de los Juaninos y posteriormente sede de la medicina y del estudio de la ciencia en la entidad.

PUBLICIDAD

Convertido hoy como uno de los hotel-restaurante más prestigioso de la zona de monumentos y por llevar el nombre de la orden monástica que le erigió, aún resguarda los vestigios de ser uno de los principales testigos del desarrollo de la medicina en Michoacán.

Cada año, los turistas nacionales, internacionales e incluso comensales locales acuden al espacio reconocido por su panorámica vista a la Catedral Metropolitana de Morelia y del resto del Centro Histórico sin imaginar las vivencias, hechos históricos y conocimientos que se vertieron a lo largo y ancho de los pasillos y habitaciones del edificio.

El inmueble resalta de entre el resto de los edificios ubicados en el primer cuadro. Su estilo conjuga los estilos barroco, ecléctico y neoclásico tanto en las fachadas como al interior con diversos accesorios que prevalecen hasta nuestros días. En el interior, los arcos que circundan el patio principal y se repiten en la planta alta se apoyan en columnas de cantería de estilo toscano.

PUBLICIDAD

Historiadores han confirmado que el inmueble fue construido en 1685 por Juan de Ortega y Montañés, obispo de Michoacán en aquella época oriundo de Cartagena de Indias, con el principal objetivo de ser utilizado como casa episcopal.

No obstante, las críticas de la comunidad vallisoletana de finales del Siglo XVII no se hicieron esperar por considerar como “lujoso” el auténtico palacio construido a expensas de las condiciones de pobreza que imperaban en la región. Con base a lo anterior, fue que a principios del siglo XVIII el obispado terminó por ceder el edificio a la orden monástica de los Juaninos con el objetivo de establecer el Hospital Real de San José.

Posteriormente, casi al finalizar el siglo XVIII, específicamente en 1794, fue rebautizado como el Real Hospital de San Juan de Dios, mismo que pasó a manos de los religiosos de San Juan de Dios para su gestión.

Tras los procesos de desaparición de las órdenes monásticas, la Independencia de México y otros procesos históricos, el inmueble mantuvo su relación con el ejercicio de la medicina y la formación de los galenos que habrían de darse a conocer en la colocación de la nación mexicana de los próximos años. En el año de 1830 el doctor Juan Manuel González Ureña instaló en el edificio la primera cátedra de medicina del estado, lo que dio lugar a la creación de la Escuela de Medicina de Michoacán en 1865 en el mismo inmueble, que para ese entonces ya se encontraba cercano cambiar de giro para siempre.  

En 1866 el edificio fue convertido en hotel y fue conocido durante varias décadas como Hotel Oseguera. En 1886 fue remodelado por el ingeniero Guillermo Woodon de Sorine. Para el año 1998 con el auge turístico de la ciudad de Morella y los proyectos consolidados de Ciudad Patrimonio de la Humanidad, el inmueble cambió su nombre a Hotel Los Juaninos, en recuerdo de aquellos monjes que utilizaron el lugar como hospital. 

En la actualidad, la mayoría de los morelianos desconocen la relevancia del inmueble que hoy es uno de los hoteles más lujosos y socorridos durante las temporadas altas de vacacionistas.