Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. En la calle García Obeso, ahí en la esquina donde comienza Guerrero, en el Centro Histórico de Morelia, existe un lugar que, quizá por la rutina diaria de transitar por la zona, pasa un poco desapercibido, pero encierra una mística historia digna de conocerse. Por la noche, este rincón moreliano luce iluminado y apacible; el sonido de alguna lechuza y el ladrar de los perros interrumpen el silencio, otras veces lo hace el bullicio de los antros que están cerca y de quienes salen de ahí a altas horas de la madrugada los fines de semana. Este lugar se construyó en 1871, en un terreno que en su momento perteneció a la huerta del Convento de San Agustín, cuya finalidad era proveer de agua a los vecinos de las antes llamadas calles del Tecolote y del Alacrán. Ahí, cuenta la leyenda, ocurrió este suceso extraordinario, en el que estuvo involucrada la intervención divina. Cuentan que hace mucho tiempo, en el sitio referido de la antigua Valladolid, una mujer, en compañía de su pequeña hija, se reunió con sus amigas para contarles del viaje que había hecho a España. Después de estar jugando por un rato, la niña dijo a su madre que tenía sed, necesidad que le manifestó con insistencia, pero entre la emoción de estar relatando sus andanzas por aquel país, la mujer solo dijo a su hija que fuera a la fuente a tomar agua. La pequeña obedeció, sin embargo, al inclinarse demasiado, cayó al agua. La mamá al principio no se dio cuenta, pero cuando volteó, se percató de que su hija no podía salir y se estaba ahogando. Desesperada, comenzó a pedir auxilio, cuando de repente bajó un ángel del cielo, tomó a la niña, la cargó entre sus brazos y la depositó en los de su madre. Y a la fecha un ángel guardián se erige en el centro de la fuente, encima de una columna, de la que brotan chorros de agua: es la Fuente del Ángel. Foto: Tomada de Facebook vía Maximiliano Fotógrafo. MUY CERCA, OTROS MAGNÍFICOS SITIOS DE ENCANTO Después de visitar la Fuente del Ángel, descansar un poco en una de las bancas de la pequeña plazuela o a la orilla de la fuente para sentir la brisa del agua cuando la prenden, existen otros lugares de encanto, de los muchos que tiene la colonial Morelia, imperdibles de visitar. Con vista desde la calle García Obeso hacia Valladolid, luce imponente la parte trasera de la Catedral de Morelia, de la que sobresalen sus altas torres. La flanquean las plazas de Armas y Melchor Ocampo y enfrente está Palacio de Gobierno, que en sus orígenes fuera sede del antiguo Seminario Tridentino. En las cercanías también se encuentra el templo de San Agustín y su plaza, el templo de Capuchinas, entre otros inmuebles históricos. Foto: La Voz de Michoacán. Foto: Tomada de México en Fotos.