EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La convivencia de cuatro dentistas aislados en una isla paradisíaca fue el pretexto que encontró el director mexicano Carlos Cuarón para explorar el dolor desde la comedia, hacer una crítica a la masculinidad y el absurdo del ser humano con su filme "Amalgama". "Parte del chiste de la trama de la película es ver cómo los personajes van sacando sus secretos y debido a la rivalidad de dos de ellos los demás también van mostrando su conflicto interior", cuenta este martes en entrevista con Efe Cuarón. Los doctores Hugo (Miguel Rodarte) y Saúl (Tony Dalton) son dos amigos que se encuentran en un congreso anual de dentistas que se lleva a cabo en un lugar paradisíaco, durante su estancia conocen a los doctores Elena, una endodoncista de impactante belleza, y a Chema, su cálido amigo. Con la intención de conquistas a la mujer, Saúl propone una salida a una isla deshabitada a la que terminan sumándose el resto de individuos, pero desafortunados sucesos harán que errores del pasado de todos resurjan tornando lo que pretendía ser un día de descanso en escenarios de caos. "(Hugo y Saúl) tienen una historia previa que han perdonado y que han querido olvidar pero que sigue ahí", menciona Carlos. La enajenación tecnológica, el aislamiento, el machismo, la infidelidad, la violencia de parejas y las frustraciones individuales, toman un espacio particular en la película mientras se mezcla la comedia a partir de la intensidad y del absurdo de los problemas humanos, todo musicalizado por cantos corales. "Nuestros personajes traen arrastrando vicios tóxicos de masculinidad en la que está más en juego la rivalidad que el objeto de deseo en sí que en este caso sería Elena (Stephanie Cayo)", reflexiona en entrevista con Efe Miguel Rodarte. Es quizá el personaje de Chema, interpretado por Manolo Cardona, el único que reivindica las llamadas "nuevas masculinidades" dentro del filme, pero nadie escapará de la catarsis y de sus propios preceptos morales que los persiguen.