Emiliano Martínez Coronel. Todo es política, es el signo de los tiempos. Los diferentes sectores de la sociedad se encuentran inmiscuidos en el proceso electoral; de una forma o de otra, ya en forma directa o indirecta, como elementos activos o meros observadores, haciendo política casi en forma obligada. Los medios de comunicación escritos, electrónicos y las redes sociales están inundadas de información relativa a los candidatos de las diferentes fuerzas políticas que compiten. En este ambiente electoral los jóvenes tienen un papel muy importante, ya que de salir a votar masivamente definirán el rumbo del país el próximo 1o de julio. No es un sector fácil, pero si participativo, y lo demostraron en la elección de 2012, ya que el 62% de nuevos votantes salió a las urnas, muchos millones de jóvenes salieron a sufragar, cosa que resulta admirable y digno de destacarse en todos los medios posibles. Dicen los partidos políticos que los jóvenes son un sector difícil y es cierto, porque no están a modo de nadie, son volátiles en sus decisiones, cambiantes en sus intenciones y seguramente influenciados por el entorno digital, o específicamente las redes sociales. Pero son participativos y les gusta la política, aunque muchos lo nieguen. Son una generación politizada, solidaria, informada, con mayor nivel de educación, con sueños y metas y muy difícil de engañar, ya que saben distinguir perfectamente las posturas populistas de las propuestas serias e informadas. En 2018 los jóvenes determinarán el rumbo del país, inevitablemente determinarán su presente y sentarán con su decisión, la que sea, las bases para su futuro. Se trata de un sector de aproximadamente 26 millones que representan el 30% por ciento del padrón. Son fuerza avasalladora, fulminante, apasionada; así lo demostraron con los sismos, nada los detuvo, se movieron solos, sin necesidad de convocatoria, motivados por una causa llamada México. En la elección del 1o de julio tengo la firme convicción que demostrarán de que están hechos y darán una gran lección cívica a los abstencionistas. Y sí, sé que votarán debidamente informados y responsablemente, y marcarán el país en los próximos lustros. En este entorno político y de participación me encontré con un evento político de jóvenes muy singular y especial: un debate en un bar, “bebiendo la política”, como ellos mismos lo denominaron. Enseguida me manifesté en las redes sociales, y la respuesta no se hizo esperar: defendieron con pasión sus ideas y las sustentaron. Me agradó la respuesta a mis comentarios, porque lo hicieron. Con razones, argumentos y sin insultos, lo que me permitió advertir su civilidad, la defensa férrea de sus ideas y su pasión por la política. Para los jóvenes la política debe ser una causa, porque a través de ella se puede trasformar el entorno. Puedo no estar de acuerdo en el debate en el bar, pero jamás estaré de acuerdo que den marcha atrás en sus intenciones y sus proyectos. Al final el recinto es lo de menos, no importa que haya sido en el bar; por supuesto no me retracto de mis ideas, solo confirmo que apoyo lo que los jóvenes emprenden y que deben ser conscientes que será la única etapa donde pueden emprender sin temor a equivocarse. Por supuesto rememoré mis días en la dirigencia juvenil de Morelia del PRI, éramos arriesgados, osados y con esa garra ganamos el Gobierno del Estado con Tinoco Rubí, aun cuando después la administración fue de una legión extranjera y nos pesó, pero nos aguantamos. La convocatoria es para que repitan el ejercicio, que no se achiquen ante los retos y los legados de generaciones pasadas. Sean auténticos y libres, no conviertan la política en un monólogo, como lo dice Zirahuén Equihua, uno de los participantes en el debate. Hoy los jóvenes tienen la palabra. Y recuerden lo que decía Reyes Heroles, “Se es joven cuando se ve la vida como un deber y no como un placer. Cuando nunca se admite la obra acabada, cumplida. Cuando nunca se cree estar ante algo perfecto. Se es joven si se está lejos de la docilidad y el servilismo, si se cree en la solidaridad y en la fraternidad. Se es joven cuando se quiere transformar y no conservar. Cuando se tiene la voluntad de hacer y no de poseer, cuando se sabe vivir al día, para el mañana, Cuando se ve siempre hacia adelante. Cuando la rebeldía frente a lo indeseable no ha terminado.Cuando se mantiene el anhelo por el futuro y se cree todo posible. Cuando todo esto se posee, se pueden tener mil años y ser joven.” Mi reconocimiento pues a los organizadores y participantes: Yaksi Alquicira Vázquez, Yunuén López Sánchez, Carlos Cortés Uriarte, Andrea Orozco Vaca, Juan Pablo Sánchez, Daniel Saucedo y Juan Carlos Roman; beban la política con pasión y entrega, como una causa, la mejor.