Se vuelcan patzcuarenses a honrar a la Virgen de Guadalupe en su santuario

Transportistas, taxistas, ciclistas, automovilistas y miles de personas a pie se dieron cita, como cada año, a agradecer a la Virgen por los favores recibidos

Foto, Angélica Ayala.

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. En el Santuario es donde se venera a la Virgen de Guadalupe, es así que este domingo, en su honor llegaron peregrinaciones y fieles a rendirle tributo en su festividad. Algunos, para agradecer algún milagro recibido; otros más, por una costumbre heredada por sus padres o abuelos. No faltan este día para homenajear a la Morenita los ciclistas que por décadas recorren la ribera del Lago de Pátzcuaro, donde se van sumando para llegar a su iglesia. Otra de las peregrinaciones más vistas es la de los transportistas, que adornan sus unidades para ser bendecidas afuera del templo.

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“¡Dulces! ¡dulces! ¡dulces!”, gritan los niños a los choferes de las combis, taxis, camionetas o carros particulares. Acompañados por sus papás o mamás, los infantes piden que les avienten o les den los dulces, los peregrinos se los entregan en sus manos o desde adentro se los avientan, los niños se aglutinan para ganarlos y hasta sus papás les ayudan para acaparar los más que puedan.

Foto, Angélica Ayala.
Foto, Angélica Ayala.

Adornados con globos de colores, rojo, blanco y verde, además de colocar la imagen de la Virgen Lupita, patrona de todo México, circulan por algunas de las calles principales del Centro Histórico hasta llegar a la calle Lloreda, entrada principal donde se alza el Santuario, tocando el claxon o incluso hay quienes llevan el radio a todo volumen escuchando música ranchera.

Adentro del templo, las personas esperan a que inicie la misa de 07:00 de la noche. Este año, en el atrio colocaron la réplica del cuadro de la Virgen de Guadalupe, que es la misma que sale en las procesiones, y las familias no pierden la oportunidad de acercarse para santiguarse, rezar unos segundos y después posar para la foto del recuerdo.

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Foto, Angélica Ayala.

De acuerdo con datos recabados, la historia de la imagen de la Virgen de Guadalupe en Pátzcuaro data de 1832. Se sabe que el templo donde se venera a la Morenita lo mandó construir Feliciano Ramos, un esclavo originario de La Habana, Cuba, quien le prometió a la Guadalupana que si le concedía su libertad y lo hacía rico, le construiría una iglesia en su honor, y fue en el año citado que cumplió su promesa.

Feliciano Ramos era un esclavo de una familia española, al pasar por alguno de los portales de la ciudad donde se encontraba un lienzo con la imagen de la Virgen de Guadalupe, diariamente acudía a pedirle su libertad. En promesa le dijo que él le construiría su templo, fue así que por su buen comportamiento y fidelidad a sus amos le fue otorgada su libertad, dedicándose al comercio con la venta de productos importados de China, como biombos, seda y porcelana, además de dedicarse la herrería, ambos negocios muy exitosos en esos tiempos, con lo que amasó su fortuna.

Foto, Angélica Ayala.

Para venerar a la Virgen María de Guadalupe, previo a su día central, se realizó un novenario, donde participaron los grupos católicos pertenecientes a esta iglesia, además de la peregrinación un día antes de su fiesta, misma que recorrió las calles principales del Centro Histórico de Pátzcuaro. Uno de los momentos más emotivos de cada año son “Las mañanitas” que le cantan a la Morenita en su templo a las 05:00 de la mañana, con la participación de músicos de la ciudad y la región Lacustre.

La fiesta de la Virgen de Guadalupe es la segunda en importancia en el pueblo de Pátzcuaro, después del 8 de diciembre, que se venera a la Virgen de la Salud. La festividad en honor de la Morenita concluyó poco después de las 09:00 de la noche con un espectáculo de fuegos artificiales.

Foto, Angélica Ayala.