Redacción/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El orgasmo, el clímax de la mujer es más tardado de conseguir y dura menos que el de un hombre, por eso una vez que se logra es algo que causa mucha satisfacción y no solo sexual sino también moral. Es decir a nivel de ego para los hombres es algo que los incentiva y que los hace sentirse bien, que eleva su autoestima y eso es conocido tanto por hombres como por mujeres, por eso que n ocasiones mujeres finjan el orgasmo a fin de no hacer sentir mal a su pareja, y por eso la confusión de un hombre de saber si fue real o solo fingió. Por lo anterior te compartimos algunas señales para saber si una mujer realmente tuvo un orgasmo: Atento a sus peticiones Si cada vez escuchas que dice más veces 'así, así' o 'me gusta' y notas como de una forma sugerente dirige tus pasos para que, por ejemplo, agarres sus pechos o roces su clítoris, vas en buen camino así que no te desvíes. Son muchas las que se desconcentran durante el sexo porque empiezan a pensar que están sin depilar o incluso que su vagina puede no estar del todo aseada y se coartan a dejarse llevar por el placer. Pierde el control Si notas que cada vez es más directa y deslenguadanada, que se desinhibe por completo dando directrices y desenvolviéndose a sus anchas haciendo incluso movimientos o sonidos normalmente considerados como poco sexis –en lugar de interpretar una escena de película porno está claramente gozando del sexo tal y como le viene en gana–, el camino hacia el orgasmo parece estar libre de obstáculos. Besos: lee sus labios En pleno acto es común que las bocas se acerquen, los dientes mordisquen, lenguas laman y los labios den profundos y pasionales besos. Es el momento de fijarte bien en el estado de estos últimos porque cuando las mujeres van a tener un orgasmo y, como consecuencia del aumento de la presión sanguínea, los labios se hinchan, enrojecen y humedecen de forma natural. Algo que ayuda a que ellas se sientan atractivas y sexis. Está caliente (literalmente) Al margen de tener a una persona completamente encima, pegada de costado o como sea que esté, el camino hacia el orgasmo se nota también en la temperatura corporal que alcanza el cuerpo femenino. Se da el fenómeno conocido como rubor sexual provocado por el aumento del riego sanguíneo, que se traduce en que el calor y el enrojecimiento se extiende por el tórax y el cuello, llegando hasta las mejillas y la frente. Además, la piel se carga de electricidad y se hace más sensible a las caricias. De ahí que, según dónde y cómo toques, percibas como siente escalofríos de placer. Acelera pulsaciones No es que tengas que sacar un tensiómetro en pleno acto, pero si sus pulsaciones y respiración aumentan hasta desbocarse, a no ser que pretenda desmayarse en plena interpretación, probablemente no esté fingiendo. Durante los preliminares y mientras se va excitando el ritmo cardíaco pasa de 70/80 pulsaciones por minuto a unas 90/100, pudiendo alcanzar las 130 durante el coito y algo más austo al llegar al orgasmo. Inesperados movimientos arrítmicos Cuando el sexo real está siendo verdaderamente satisfactorio cada parte trata de moverse para alcanzar el éxtasis final. Muchas de las mujeres que fingen habitualmente orgasmos, aseguran limitar su interpretación a gemidos, aullidos y frases de ánimo, pero nunca buscan su propio ritmo o cambian de postura para lograr conectar de verdad con su placer. Si cambia de postura, coge tu mano para colocarla en un lugar determinado, se ayuda de sus músculos pélvicos para apretar tu pene introduciendo nuevas sensaciones, se agita o mueve brazos o pelvis de manera descontrolada, algo poco ensayado está ocurriendo entre las sábanas. Ojo, mantiene contacto visual Mirarse fíjamente a los ojos durante las relaciones sexuales no es tan común como quieren enseñarnos en el porno. Son muchas las personas que de manera inconsciente optan por cerrarlos y dejarse llevar por un placer a oscuras, pero lo cierto es que cuando un movimiento produce una sensación especialmente placentera, las miradas se cruzan como diciéndose un silencioso '¿cómo has hecho eso?' Es precisamente en este momento cuando debes mirar fijamente a sus pupilas ya que cuando las mujeres van a alcanzar el orgasmo se dilatan llamativamente. Los pechos Cuando la excitación es real los senos de las mujeres pueden aumentar hasta un 20% de tamaño y se vuelven mucho más firmes, redondos y turgentes. Si se están acariciando y estimulando adecuadamente podrá comprobarse que la areola se hincha y cambia de color tomando un tono más vivo, y los pezones se ponen firmes pudiendo aumentar su longitud hasta en un centímetro, erección que baja rápidamente una vez han terminado las contracciones orgásmicas (otra buena señal para saber si realmente habrá llegado). Contracciones en la zona genital Al llegar al orgasmo nuestros cerebros desconectan y envían señales inesperadas a nuestro cuerpo. Así, en el momento orgásmico los labios internos y externos triplican su tamaño y adquieren un tono rojo intenso, el clítoris se pone erecto y aumenta notablemente la lubricación. Se produce una especie de erección interna que empuja el útero hacia arriba y hacia atrás. Es entonces cuando la mujer empieza a tener contracciones involuntarias y rítmicas en los músculos que rodean la entrada de la vagina, acompañadas de una sensación de placer que invade el resto del cuerpo. Dependiendo de la intensidad del orgasmo, estos espasmos focalizados pueden variar en número e intensidad, pudiendo notarse entre cinco y un máximo de 15 contracciones en intervalos muy breves. De hecho, en algunos casos estas pueden ser tan intensas que el hombre puede percibir cierta presión en su pene durante alguno de ellos. Estira las piernas Al llegar al clímax, el cuerpo femenino experimenta la conocida como miotononía. Una rigidez de las extremidades característica del momento postorgásmico que también puede desembocar en contracciones musculares. Si se queda como si nada e inmediatamente se levanta para beber agua, hacerse un té o sabe Dios qué otro menester, puede que su éxtasis haya sido un auténtico fraude. Pregunta que qué tal Conducta generalmente asociada al comportamiento sexual masculino, cuando las féminas que no están acostumbradas a llegar al orgasmo tienen uno, les gusta comentar 'qué tal ha estado'. Disfrutan recordando cómo ha sido, en qué parte han disfrutado más o lo agradable que ha resultado determinada sensación, que son capaces de describir con pelos y señales. ¿Crees que las mujeres saben fingir mejor los orgasmos que los hombres?