11 años de la muerte de Marisela Escobedo y 11 años sin justicia

Hace 11 años Maricela Escobedo fue asesinada a las afueras del Palacio de Gobierno de Chihuhua mientras ella se manifestaba para exigir justicia en el feminicidio de su hija Rubí.

Redacción / La Voz de Michoacán

Chihuahua, México. Este 16 de diciembre se cumplen 11 años del asesinato de Marisela Escobedo, una madre que lucho incansablemente por hacer justicia en el caso del feminicidio de su hija Rubí, hasta la muerte. Ni las amenazas, ni las constantes marchas, ni las puertas que le cerraban una y otra vez fueron capaces de detenerla, hoy su lucha y su recuerdo siguen intactos en la memoria de miles de mujeres.

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A 11 años de su asesinato, mujeres y colectivos feministas se reunieron en la placa conmemorativa que se encuentra a las afueras del Palacio de Gobierno, justo en donde su cuerpo encontró la muerte, para exigir justicia en su caso y en el de su hija Rubí, pues después de más de una década, la justicia no se ha atrevido a llegar.

Pero a pesar de su muerte, la de su hija y la injusta que hasta hoy mantienen sus casos, su recuerdo y su valentía la han transformado en un ícono de justicia, de amor y de valentía, pero sobre todo de lucha, pues cada 16 de diciembre se recuerda la impunidad, la omisión, la corrupción y la incompetencia por parte de las autoridades mexicanas.

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Marisela fue una enfermera, madre, y luchadora incansable que dejó todo por buscar lo que le había pasado a su hija, investigando el caso, descubriendo quien había sido el culpable, dónde se encontraba el asesino y todas las evidencias que hubieran podido llevar a la cárcel al feminicida de su hija, sin embargo, la policía no hizo nada.

Tras las indiferencias de las autoridades, Marisela decidió plantarse a las afueras del Palacio de Gobierno, “si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me asesine aquí enfrente para vergüenza del gobierno”, fue lo que ella dijo ante las amenazas de muerte que recibió para que dejara de luchar por su hija.

Maricela puede estar muerta, pero su vivo recuerdo, su lucha y su amor, siempre nos recordaran que no podemos dejar de exigir justicia, que los feminicidios deben parar.