Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Cierra 2021 con uno de los procesos de renovación política administrativa más importantes de la historia reciente. Ayuntamientos, regidurías, diputaciones y el Ejecutivo estatal se renovaron tras un largo y complejo proceso electoral. Los conflictos de violencia e inseguridad que prevalecieron durante los procesos de campaña y la celebración de los comicios siguen latentes en la mayor parte de las regiones del estado de Michoacán. Han pasado más de 100 días desde los relevos en los ayuntamientos de 112 municipios y poco más de 90 en el relevo del Ejecutivo estatal sin que hasta el momento se hayan registrado complicaciones para acceder a los puestos de representación popular. Mientras tanto, los nuevos funcionarios públicos y sus equipos de confianza se siguen enfrentando a los distintos fenómenos que aquejan al estado de Michoacán, entre los que se destacan complicaciones financieras, señalamientos de corrupción, pendientes sociales, gobernabilidad, inseguridad, presencia de grupos armados y la atención la contingencia sanitaria. El coctel de retos anterior se dibuja en un contexto de falta de confianza hacia las instituciones, percepción de altos niveles de corrupción y una crisis económica internacional que impactado tanto la sociedad como los propios gobiernos. En términos financieros, se estima que tanto Michoacán como los municipios heredaron una deuda superior los 50 mil millones de pesos y condiciones económicas que marcaron un difícil cierre de año. Lo anterior no requirió de la gestión ante la federación de recursos extraordinarios así como de préstamos a corto plazo. Entre las medidas dispuestas para atender las necesidades de los nuevos gobiernos para el próximo 2022, se encuentra la contención al gasto corriente, distribución equitativa los municipios y otras medidas financieras. En cuanto a la inseguridad se refiere, se estima que hasta un 33 por ciento de los municipios michoacanos se encuentran en riesgo por delincuencia organizada mientras que una cantidad importante de población enclavado en las regiones de sierra Costa y tierra caliente del Estado de Michoacán han tenido que huir incluso del país por los efectos de la delincuencia organizada. Se estiman al menos 12 carteles de la droga y otras actividades delincuenciales que se disputan el territorio michoacano y que tendrán que ser atendidos por funcionarios públicos que recién llegaron al poder a finales de este 2022. En paralelo a los grupos delincuenciales, la presencia de grupos de “autodefensas” es reconocida en casi una docena de Municipios de distintas regiones del estado en el documento elaborado por diversas instancias de Gobernabilidad, seguridad pública y organismos electorales. Las condiciones enfrentamientos entre grupos delictivos y Autodefensas derivó en una de las crisis humanitarias más importante de la historia reciente del estado con más de 35 mil personas que fueron desplazadas a lo largo de este 2021 por los efectos de la violencia. A pesar del impacto del fenómeno, aún no existen datos oficiales de los tres niveles de gobierno sobre el daño generado al tejido social. Lo anterior ha derivado en una crisis de gobernabilidad que impactado tanto la región de Tierra Caliente, la meseta purépecha, el oriente Michoacano y la costa colindante con el estado de Colima. Parácuaro, Apatzingán, Buenavista, Tepalcatepec y Aguililla fueron los puntos en dónde se destacó la reacción de dos grupos delincuenciales que rivalizan por las actividades ilícitas en las distintas regiones. Asimismo han surgido otras agrupaciones como Pueblos Unidos en la región productora aguacatera de Salvador Escalante, Pátzcuaro, Nuevo Urecho y Ario de Rosales qué han retado directamente a las estructuras municipales y estatales de gobierno en cuanto los funciones de seguridad pública y control de las regiones. Para este 2022, ayuntamientos y estado tendrán que hacer frente a la cuarta ola de contagios de covid-19 que se advierte como la más explosiva en los dos últimos años de contingencia sanitaria. Para lo anterior, tendrán que echar mano de los aprendizajes y estrategias que dejaron los gobiernos salientes en cuanto a errores y aciertos para garantizar la atención hospitalaria y la contención de los efectos de la pandemia.