EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La otrora formación hegemónica de México durante siete décadas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aviva una crisis interna por cuenta de la candidatura a gobernador de Hidalgo, uno de los dos últimos bastiones en manos del priismo desde hace 93 años. La crisis creció desde el jueves cuando el actual mandatario, Omar Fayad, arremetió por la decisión del PRI de aceptar que sea el Partido Acción Nacional (PAN) quien presente un candidato dentro de sus filas para representar a toda la oposición y hacerle frente a Morena, favorito en las encuestas. Esta decisión se dio bajo el manto de la coalición "Va por México" —PRI, PAN y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD)— que se presentará en una lista de unidad en las elecciones estatales de Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Tamaulipas, cuatro de los seis estados que elegirán gobernador el próximo año. "Esto es otro de los muchos agravios que en lo oscurito le han venido haciendo a la militancia, la que ha mantenido a Hidalgo como uno de los bastiones priistas de México", arremetió Fayad en redes sociales en un dardo dirigido hacia el presidente de su partido, Alejandro Moreno. Moreno respondió al mandatario, señalando que "aquí no hay espacios para imponer candidatos destinados a la derrota" y acusó a su compañero de filas de acercarse a Morena, algo que Fayad rechazó. CONFLICTOS DENTRO DEL PRI El enredo en el partido que lideró al país durante 71 años consecutivos en el siglo XX y que regresó brevemente en la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018) recordó otro conflicto interno de los últimos meses, esta vez por la iniciativa de reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador. En la propuesta del presidente, que por el momento quedó congelada por falta de consenso en las Cámaras, se pone sobre la mesa la opción de que el Gobierno controle poco más de la mitad de la producción eléctrica y el resto quede en manos de la iniciativa privada. Como un guiño hacia el ala nacionalista dentro del PRI, López Obrador comenzó a acercarse al partido más antiguo de México apelando a su pasado, cuando se nacionalizó la industria eléctrica en los años sesenta. "Si ellos votan en contra de esta reforma, pues están traicionando los orígenes de ese partido", señaló el presidente a mediados de diciembre en una de sus conferencias de prensa matutinas. Hasta el momento el PRI no ha definido su voto, pero los acercamientos y las discusiones internas fueron criticadas por los otros dos partidos de la alianza opositora, en especial el PAN. De confirmarse en definitiva que la candidatura de unidad en Hidalgo será encabezada por un militante panista, independientemente del resultado de la elección del 5 de junio, Hidalgo tendrá su primer gobernador no priista en casi 100 años. El Estado de México quedaría como el último bastión del PRI en disputa. Según las encuestas más recientes, este último estado también podría caer en manos de Morena, que parte como favorito.