Jorge A. Amaral En el último mes de 2021, personajes de la política estuvieron duro y dale con el derecho de los ciudadanos a decidir, mucho insistieron en que una bola de “golpistas” y “violadores de la ley” quieren despojar al pueblo de México de ese derecho a decidir. Todo eso y mucho más se ha dicho sobre la consulta para la revocación de mandato del presidente López Obrador. Cuando estuvo en su campaña por la Presidencia de la República, en 2018, AMLO prometió que a mitad de su sexenio consultaría al pueblo bueno si deseaba que él siguiera al frente del Poder Ejecutivo o si la voluntad ciudadana era que se fuera directo y sin escalas a La Chingada, su célebre rancho. Esa figura no estaba contemplada en la Carta Magna, dado que, por ley, un presidente de México debe permanecer durante 6 años en el puesto. Entonces, morenistas y aliados se pusieron a hacer la tarea y reformaron la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para, como en otros tantos rubros, seguir al pie de la letra el mandato de su jefe, guía y pastor, para llevar a la práctica la agenda que él trazó aún durante la campaña. El Instituto Nacional Electoral, en voz de sus consejeros, en ningún momento se ha negado a realizar el ejercicio, como tampoco se negó a la consulta para saber si la gente quiere que se investiguen los hechos del pasado y de la cual no ha habido resultados claros y palpables. Lo único que el INE pidió fue que se le dotara de recursos económicos para poder están en condiciones de garantizar el buen desarrollo de la consuela a al que, por su envergadura e importancia, hay que manejar como si de una elección constitucional federal se tratara. No obstante, dado que el presidente y su gobierno desde el principio de la administración emprendieron una campaña mediática y coercitiva contra los organismos autónomos, al INE también le ha tocado recibir un coletazo de la Cuarta Transformación, es así que en este año no sólo no recibirá los recursos necesarios para la consulta, sino que además se le ha destinado menos presupuesto. Dado que es un organismo público descentralizado, pero que presupuestalmente está supeditado al dinero federal, el INE no genera sus propios recursos, y el recorte de 2022 es un duro revés a sus finanzas, de donde no sólo salen los gastos de operatividad y salarios, sino también las prerrogativas a los partidos políticos, de los que Morena, al ser el partido con más representatividad, le toca más dinero público. Ahora bien, volviendo al tema de la consulta. Supongamos que sí se realizará (por lo pronto todo apunta a que así será, puesto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya dio marcha atrás a la suspensión acordada por el INE), ¿qué sucederá? Los morenistas saben muy bien que probablemente sólo sus militantes y seguidores participarán, pues quince años de adoctrinamiento lo garantizan. Pero, ¿y si todos participáramos?, ¿y si el resultado de la consulta determinara que AMLO debe irse a La Chingada?, el presidente, su partido y sus seguidores, ¿lo aceptarán? Y si no les queda de otra que ajustarse a las consecuencias de su propia necedad, ¿quién se quedaría al frente del gobierno? Todo lo anterior es poco probable, porque la consulta es una tomadura de pelo: en caso de que ese ejercicio no resultara a los morenistas y AMLO tuviera que irse, por ley, quien debe asumir la titularidad del Poder Ejecutivo es el presidente del Congreso, que en este caso es el también morenista Sergio Gutiérrez Luna. Esto llama la atención, imagínese el tamaño del autoritarismo que resultaría: ese mismo diputado fue el que utilizó su investidura y al propio Congreso para, como si todos estuvieran de acuerdo, denunciar al INE ante la Fiscalía General de la República por resistirse a realizar la consulta por las razones ya descritas. Pasados 30 días, el Congreso deberá nombrar a un sustituto, pero la bancada morenista y afines, que son la mayoría legislativa, con Sergio Gutiérrez a la cabeza, presionarían y echarían mayoriteo para nombrar al sucesor de AMLO, que, obviamente, tendría que ser un correligionario. Así entonces, AMLO seguiría gobernando, aunque sea en espíritu (lo pongo así porque a los morenistas les encanta la mística). Entonces, ¿qué caso tiene? Ninguno. Ese ejercicio es sólo una táctica presidencial para legitimar al mandatario. “Queremos que nos pregunten si querremos que se quede para decir que sí queremos que se quede”, es la idea de quienes impulsan ese gasto innecesario. Ahora, ¿qué se ganaría con una eventual salida prematura de AMLO de la Presidencia? Nada, absolutamente nada, porque si los problemas del país es imposible resolverlos en 6 años de un periodo, mucho más complicado es en tres, porque los males de este país: económicos, educativos, de inseguridad, de corrupción y lo que se derive, son estructurales y han de resolverse desde el fondo, y puede que López Obrador no logre resolverlos, ni su sucesor. Siempre le he dado el beneficio de la duda a AMLO y su proyecto, pero la consulta parece uno más de sus errores, sólo esperemos que al final de su mandato los aciertos hayan sido más. Al tiempo. ‘Another smash!!!’, clásico de The Ventures Esta semana les iba a recomendar un disco de bastante bueno, pero de repente me topé con una joyita del surf. Por eso esta semana le recomiendo escuchar, aprovechando que para muchos aún son vacaciones, “Another smash!!!” (1961), de The Ventures. A diferencia de otras cosas de esta misma banda como “Whipe out” (original de The Surfaris) o “Walk, don’t run”, “Another smash!!!” tiene un sonido más suave, pues la sección de cuerdas a lo largo del disco le da otro matiz, sin por ello dejar de lado la genialidad de este grupo que ha sido influencia para generaciones de músicos. Con la maestría de Nokie Edwards en la guitarra principal, el disco abre con un clásico de todos los tiempos, una de la infinidad de versiones de “Ghost riders in the sky” perfectamente interpretada. De esta pieza se han hecho, repito, un sinnúmero de versiones, y ésta, con la de Johnny Cash y el popurrí que The California Guitar Trio hizo agregando “Riders on the storm” (The Doors), es de mis favoritas, aunque la que se hizo para “Blues Brothers 2000” no está nada despreciable. “Wheels” es un salto con sonidos más suaves, es como una regresión una década atrás, cuando el rock and roll apenas se configuraba con ritmos afroamericanos y sonidos de origen irlandés; sin embargo, tiene cadencia y ese no sé qué que se vuelve contagioso y pone de buen humor. Entre el sonido surf de la guitarra, un ritmo más cargado hacia la balada y coros que le dan cierto refinamiento, “Lonely heart” es dulce y tierna como canción de Paul Anka; es como una brisa en un día caluroso, como un beso bajo la sombra de un árbol frondoso: adorable. Volviendo a las andadas a que The Ventures nos tiene acostumbrados, “Bulldog” es un surf neto, dotado de una nitidez que hace de este grupo algo excepcional, lo que se ratifica en el siguiente corte, “Lullaby of the leaves”, en el que ya se siente ese punch que definiría al surf incluso hasta la actualidad. ¿Qué es el surf sin una ambientación con sonidos de playa? Así, con una entrada en la que se escuchan gaviotas y el romper de las olas, “Beyond the reef” es una exquisita balada instrumental aderezada con coros que rememoran las décadas de los 40 y los 50 y que están muy a tono con los violines que se dejan oír a la distancia. Aunque personalmente me gusta mucho la versión más agresiva de Link Wray, “Raw-hide” con The Ventures me agrada por conservar la pureza de su origen en el rock surf, y es que al escucharla sin los efectos que Wray le imprimió se aprecia mucho mejor la calidad del guitarrista que dialoga de manera extraordinaria con la batería. Una auténtica delicia perfecta para deschongarse bailando durante esos maravillosos dos minutos y medio que dura la rolita. Para descansar de bailar, qué mejor que otra balada, pero en esta el surf le toma la mano a su tío el rockabilly para formar esa belleza titulada “Meet mister Callahan”, pero nada más como preámbulo para llegar a la excelsa “Trambone”, la muestra perfecta de que para ser genial en el rock no es preciso ser estruendoso, sino que basta ser buen músico y tocar una buena rola pues muchas veces lo más sencillo es lo más eficiente. https://www.youtube.com/watch?v=ifGA6APmFng&list=PLm015WZNNRFCLX5t4LaL7m8KU934wVYfk Con un toque en tonos más azules, más hacia el blues, como presintiendo lo que el soul sería, The Ventures nos regalan la bellísima “Last date”, que, efectivamente, transmite la esencia de su título a pesar de ser una pieza instrumental: cierto gusto a despedida triste pero impostergable. Pero si usted quiere algo más vertiginoso enseguida llega “Ginchy”, un surf al más puro estilo de The Ventures que hace pensar en toda esa pléyade de grupos que le dieron identidad al género, recurriendo, como en este caso, al twang, efecto cuya invención se le atribuye a Duane Eddy en 1958 (“Rebel rouser”, para mayores referencias). Como un atardecer en la playa termina este disco al ritmo de “Josie”, otra balada pero que, a diferencia de las otras, evoca una atmósfera más cargada hacia el rock and roll, y de repente pensé en Tommy Edwards y su éxito del 58 (año crucial) “It’s all in the game”. En fin, “Another smash!!!” es, efectivamente, una ruptura con casi todo lo demás de The Ventures grabaron, por eso es que esta semana le recomiendo escucharlo, si no en la playa, al menos en el patio de su casa mientras bebe una cerveza bien fría. Es cuánto.