EFE / La Voz de Michoacán Barcelona, España. La exposición "Viaje a Oriente" evoca en el Museo Diocesano de Barcelona la fascinación que el mundo oriental despertó entre los artistas españoles a partir de la experiencia de Fortuny, Sorolla o Benlliure, así como de pintores de otros países, de finales del siglo XIX y principios del XX. El comisario de la exposición, Óscar Carrascosa, especialista en relaciones entre artes plásticas y literatura, ha afirmado que esta exposición parte del hecho de que "la mirada occidental a Oriente es siempre una mirada al otro, usualmente vinculada a la fabulación". Por esta razón, como dos caras de una misma moneda, al lado de la representación plástica y literaria de Oriente, se presenta la otra cara, la mirada aventurera del padre Bonaventura Ubach, "un aventurero al estilo Indiana Jones" que viajó y estudió en los territorios bíblicos de las riberas del Tigris y el Eufrates, y que documentó la experiencia en sus diarios y fotografías, también proyectadas en el recorrido. La muestra comienza en una primera sala consagrada a Mariano Fortuny, "máximo exponente de la pintura orientalista, interesado en transmitir mediante su pincelada vibrante la cultura y la religión de los lugares del norte de África que conoció de primera mano, sus habitantes y su arquitectura". Entre las diez obras de Fortuny presentes en la exposición destacan los óleos "Un marroquí", "Moro en Tánger", "Gitano", "Paisaje", "Atlas", así como las acuarelas "El rezo del árabe" y la titulada "Fumador", junto con diversos dibujos como "Zoco en Tánger". Ante otro de esos dibujos, "Vaso nazarita", un código de realidad aumentada permite al visitante observar en el móvil el original que Fortuny copió, el conocido "Jarrón de las gacelas" (siglo XIV), confrontado con otros jarrones medievales cuyos fragmentos fueron utilizados para rellenar las bóvedas góticas de la catedral de Barcelona. Las obras de Fortuny se unen a dos óleos de Joaquín Sorolla, que muestran su interés por la representación de la caracterización árabe, entre ellas una de sus mejores obras orientalistas, "Árabe examinando una pistola", expuesta junto a "Odalisca", en el que, en palabras del comisario, hay "un cierto paso hacia la fabulación en los rasgos de la modelo". Esta evolución hacia la idealización de Oriente, que respondía al gusto de la creciente burguesía de una Europa cada vez más industrial, culmina en obras como la odalisca pintada por Lluís Masriera, en el que "la modelo está más cercana a ser de Montmartre que de Argelia". Diversas obras de artistas que viajaron a Roma siguiendo la estela de Fortuny y que incluso estuvieron pensionados para ampliar su formación como Antoni Maria Fabrés i Costa, Joaquim Agrasot, Josep Benlliure, que además visitó Marruecos y Argelia, o Sánchez Barbudo, que estuvo también en Tánger, completan esta visión del orientalismo. La exposición, según el comisario, pretende también reivindicar a artistas poco conocidos por el gran público, como el valenciano Navarro Llorens, amigo de Sorolla, o el granadino Mariano Bertucchi, así como otros orientalistas europeos como los franceses Benjamin Constant ("Zoco árabe") y Victor Huguet ("Campamento beduino"), el belga Frank Kaspar Huibrecht Vinck ("Desayuno a los pies de la pirámide de Gizeh") o el italiano Tomassi ("Ciudad árabe"). "Viaje a Oriente", que se podrá ver en el Diocesano hasta el próximo 22 de mayo, se completa en la Sala Capitular de la cercana catedral, donde se exhiben un mapa del Mediterráneo del siglo XV, un libro de cuentas de un viaje a Chipre, una pieza de cerámica andalusí que formaba parte de la tribuna del rey Martí el Humano, o una primera edición del dietario "Viaje a Tierra Santa", firmado por su autor, Jacint Verdaguer.