Inés Alveano Aguerrebere Hoy voy a meter mi cuchara en un tema que aparentemente no me concierne. Mi fuerte no es la educación pública. Tampoco sé mucho de los problemas económicos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Pero una cosa ya había meditado, después de tener la fortuna de pasar unos meses en la Escuela de Salud Pública en Harvard (en Estados Unidos). Harvard es una de las universidades más prestigiosas (y caras) del mundo. Ahí estudió Barak Obama. En esa (y otras universidades prestigiosas, como el MIT) no existe tal cosa como un lugar gratis para estacionarse. Ni para los estudiantes, ni para los empleados y ni siquiera para los académicos. Eso parecería indignante desde nuestra lógica mexicana, sobre todo en lo que se refiere a los estudiantes de una universidad privada. Suponemos que porque el universitario (o su familia) paga gran cantidad de dinero, debería tener acceso no sólo a educación, sino a una amplia gama de servicios, incluyendo –por supuesto- el estacionamiento. En Harvard, conocen el valor del espacio; el valor económico del terreno que ocupan los autos estacionados. Y por ende, le asignan un costo. Toda persona que desea arribar a cualquiera de los campus de la universidad en automóvil, debe pagar, ya sea por día, por semana o por mes. Ignoro la cantidad, pero seguro es bastante alta, ya que los espacios para estacionamiento casi ni se ven. Son muy pocos. La mayoría de los estudiantes y trabajadores llega caminando, en bicicleta o en transporte público. ¿A que va todo esto? ¿Para qué hablar de Harvard, si mi preocupación es la Universidad Michoacana? Pues es que en esta institución pública el asunto de la gratuidad parece estar tergiversado. La educación, que debería ser gratis, muchos años costó. Sin embargo, el estacionamiento, que debería tener un costo, es gratis. Hoy en día, los estudiantes luchan con uñas y dientes para que les dejen la gratuidad, alegando que no es problema de ellos el que la universidad tenga dificultades económicas. Sin embargo, pareciera que la única alternativa es volver a cobrarles. Estudié en la Universidad Michoacana en 1997. En esa época, la mayoría de los estudiantes carecíamos de automóviles. Los estacionamientos estaban medio vacíos. Hoy en día, es mucho más frecuente que los pupilos lleguen en vehículo. ¿Por qué no cobrar por estacionar, y dejar que la educación siga siendo gratuita? En ningún lugar de la constitución se menciona la obligatoriedad del Estado, de brindar estacionamiento, como parte de un derecho humano… P.D. Ahora que estoy en la Universidad de Ámsterdam noto que hay estacionamientos hasta de 2 pisos (pero de bicicletas); porque lo mismo en Países Bajos que en Estados Unidos estacionarte no es un derecho.