Nacho Tena / La Voz de Michoacán Los mexicanos nos caracterizamos por una vitalidad creativa, presente en lo cotidiano con la creación de objetos y símbolos artesanales, artísticos, religiosos y culturales. Nuestra cultura nacida a partir de culturas diversas en Mesoamérica, son el elemento híbrido que acaba por crear una vía que mezcla las formas y los símbolos de manera auténtica y extraordinaria. Con base en lo anterior, entre un mundo cada vez más envuelto en la producción y comercialización, por lo general ignorante de su propio potencial filosófico, de las consecuencias de la sobreexplotación de los recursos naturales, con pocas pausas, siendo esta última evidenciada por la pandemia, surgen nuevas formas y tipos de consumo, no solo refiriéndose a productos, bienes y servicios, sino al consumo conceptual, simbólico, sensorial, estético y cultural. Todo esto, por un lado, evidencia una polarización entre fines meramente comerciales y por el otro, con sentido noble, sensible, creativo, recreativo, artístico y formativo. La mercadotecnia es actualmente un tema referente, que está en el modus vivendi del capitalismo actual, trayendo datos y resultados en la identificación, segmentación de consumidores (o públicos), realmente sorprendentes. La sociedad ha cambiado en los últimos 30 años su forma de consumo, y con ello, la forma de promocionar productos, bienes y servicios. Sin duda, estos procesos deben adaptarse al medio para obtener los mejores resultados. Es por eso, que los especialistas en el tema de mercados, aprendiendo sobre hábitos, costumbres y tendencias, acompañan los cambios de consumo de las personas y son más certeros en sus cometidos. En este escrito, quiero compartir un primer planteamiento de hábitos y costumbres de consumo cultural, donde todo y todos vamos inmersos, con el fin de aclarar y desmitificar temas de la promoción cultural y formación de públicos para las artes y la cultura en Michoacán; ver realidades y ventajas, repuntando su importancia dentro de nuestro contexto cultural. Con esto, daré pautas de reflexión en otros títulos, del ejercicio de la promoción de los proyectos culturales, las políticas públicas culturales, la identificación y la importancia en los organismos, instituciones; entrevistas a artistas, intelectuales y personajes quienes son referentes de las industrias creativas y culturales y del ejercicio del turismo cultural. Compartiré cuestiones y reflexiones respecto a lo que acontece en Michoacán, las tradiciones basadas en artesanía, gastronomía, su gente y comunidades, ambiente, espacios para la creación, así como de Morelia, capital, patrimonio la humanidad y ciudad de festivales. ¿Dónde estamos?, ¿qué acciones y avances hay? (si es que los hay) ¿Quiénes son y de qué somos los responsables?, ya que seguimos estancados y rezagados en lo económico, con fuga de talentos y sin estrategias de parte de gobiernos o universidades para retenerlos; y lo más preocupante, por qué la mayoría de nuestra propia gente no conoce, no se involucra, ni consume su propia cultura. Problema base, falta de estrategias Toda la problemática anterior es un reflejo de la falta de liderazgo en la función pública en temas de gestión y promoción cultural donde hay ausencia de auténtica vocación, creatividad, y conocimiento. Pareciera como si las políticas públicas culturales se implementaran por mera inspiración y ocurrencia, sin tomar en cuenta la realidad de sus artesanos, artistas y públicos reales y potenciales para el arte y la cultura. No hay vivencia genuina, ni innovación para la implementación de propuestas de nuevos canales de comunicación que inciten a la gente a apreciar y adquirir cultura, en todas sus variantes. También faltan estrategias de las universidades, academias y del conservatorio, quienes son los generadores del conocimiento y talentos, de donde egresan profesionistas sin oportunidades de trabajo, sin una plan de vida y carrera realista, en un contexto económico poco favorable y nada competitivo en comparación con otras ciudades de otros estados de México, y el mundo. Para esto ¿qué relación tiene el marketing con Morelia y el estado?, mucha, pues es la base para entender el contexto en donde todos, en menor o mayor grado producimos, consumimos y nos beneficiamos. Define, o al menos referencia, la calidad de vida que tenemos. El mundo del marketing cambia según las circunstancias, de modo que las técnicas tradicionales que se conocían al principio, ahora varían según el contexto, aunque haya ciertas reglas, métodos y técnicas de base, se hacen ajustes e innovaciones que permiten reinventarse constantemente en este ejercicio. En esto nos incluimos los promotores artístico-culturales. El marketing se trasladó de las operaciones de las empresas meramente comerciales hacia el centro de las estrategias de ventas y gestión en los ámbitos del arte y la cultura, ya que toda institución u organización cultural (festivales, universidades, teatros, museos, bibliotecas, etc.) ofrece bienes, productos y servicios; por lo cual, se detecta la necesidad de competir para atraer la atención del público y conseguir recursos para sostener y sustentar sus proyectos. Con base en lo que observo y en mi experiencia, las instituciones gubernamentales culturales de Michoacán, en particular en Morelia, rechazan el marketing por considerarlo un método “mercantil” o “comercial”, conceptos catalogados “enemigos” del arte, es una percepción sentimentalista y arcaica, que sólo politiza los discursos actuales de las secretarías de cultura, evidencia la ignorancia de sus representantes y se refleja en el inevitable gasto del recurso en proyectos y programas con poco sentido social, de poca apreciación e impacto público importantes. El desinterés, falta de visión, la burocracia, los compromisos políticos, sindicales y la ineficiencia de la mayoría de la gente en los equipos de gobierno, son su propio freno: no saben identificar el perfil de sus públicos, no capacitan ni concientizan a su gente sobre el mejor manejo de los recursos económicos que tienen disponibles. No suman contenido de valor en sus programas. Lamentablemente, la cultura sigue siendo un gasto, no una inversión social. Por otro lado, algunos festivales artísticos de Morelia, comienzan a tener más clara la importancia del marketing de las artes y la cultura, lo toman como un aliado para crear espacios y difundir el arte mediante este medio, captan la respuesta de la población, aunque falta mucho por hacer. Arte como sinónimo de estatus Otra problemática que se sigue enfrentando, en especial en Morelia, es el hecho de que hay personas que consideran que el arte es sinónimo de estatus, y por ello, prejuicio por el que la gran mayoría no se acerca a muchas actividades; siendo éste un problema de estrategia y enfoque de la promoción cultural de los gobiernos, las empresas culturales y que la mayoría de los festivales debieran resolver. Ya que por un lado, se sigue priorizando la cultura popular como el “aporte a la identidad”, perfilando las artes y la cultura alternativas al “estatus” cerrado y manejado sólo en determinados círculos sociales. Habría que reflexionar si ¿en realidad el arte y la cultura perderían su estatus al acercarlo a las masas? Para esto, primero debemos esclarecer los criterios que las instituciones culturales tienen en sus políticas públicas, conocer hacia qué públicos se están perfilando y enfocando sus programas. ¿Saben lo que requieren los consumidores culturales? ¿Sus programas mejoran la relación entre público y organización, generan confianza y credibilidad? ¿Qué hacen para que la gente se sienta atraída hacia este ámbito en particular? ¿Identifican las oportunidades que se hacen presentes con el paso del tiempo?, (¿hay datos o registro de ello?) ¿Hay canales de comunicación y distribución pertinentes e innovadores, para dar a conocer sus programas y eventos culturales? En la siguiente emisión nos adentrarnos en el tema de la importancia de las empresas culturales, las industrias creativas culturales y el turismo cultural en Michoacán, contextuándolo en el marco del Marketing Cultural.