Inés Alveano Aguerrebere Quiero pensar que las personas de 40 años y más, conocen el Parque 150. Si no todas en Morelia, por lo menos sí un porcentaje grande. Ignoro cuánto tiempo lleva existiendo, pero junto con el Zoológico, calculo que es de los más visitados en la ciudad. Yo pasé muchos días felices de mi infancia ahí, tanto por iniciativa de mi madre, como por asistir a cumpleaños (en ese entonces sólo había dos salones de fiesta: El Sonrisitas y el Payasito). Creo que es un parque de muy alta calidad.Tiene arbolado, bancas, gran área verde, quioscos para los festejos, servicios y una variedad inmensa de atractivos y juegos infantiles.Además, como espacio abierto extenso, tiene la ventaja (fundamental en tiempos de pandemia de COVID-19) de no aglomerar personas. Ese dichoso parque (al igual que otros tantos) se mantuvo cerrado durante mucho tiempo, desde el inicio de la pandemia.Y niños, niñas y adolescentes no sólo permanecieron tomando clases encerrados casa, sino que también se les negó su derecho de juego al aire libre, por la imposibilidad de asistir a los parques. Hasta aquí, todo bien, ¿no? Los parques se reabrieron… ¡Pues no! Recientemente, una amiga celebró ahí el cumpleaños de su hijo. Y le comentaron que próximamente el parque se cerraría, porque va a entrar en un proceso de remodelación/restauración/recuperación (ignoro la palabra exacta que utilizaron).Me parece indignante. Me parece poco eficiente. Me parece insensible. Me parece aberrante (otras cosas también, pero me limitaré a explicar estas cuatro). Indignante, porque las decisiones de las autoridades, ya privaron a niños, niñas y adolescentes de los parques por lo menos un año y medio (aunque los bares sí estuvieron abiertos…).Poco eficiente, porque si han de remodelar, bien podrían hacerlo por partes/zonas, sin tener que cerrarlo por completo. Insensible, porque pudiendo haber trabajado en él mientras estuvo cerrado, esperaron a que reabriera, para decidir volverlo a cerrar. ¡Y me parece aberrante que se trata de modificar algo que funciona perfectamente! Niñas, niños y adolescentes son felices de tener un espacio en donde puedan ejercer su derecho a una vida sana mediante el juego al aire libre y a la recreación en espacios públicos abiertos, destinados a ello. Como si nos sobraran los parques en Morelia (ni siquiera alcanzamos el nivel mínimo recomendado por la ONU de área verde por habitante). Y quiero aclarar que no sólo estoy pensando en mis hijos, y aquellas niñas, niños y adolescentes que conozco de cerca.Siempre que hablo de infancia, o de personas, pienso sobre todo en las socialmente vulnerables. Si hay dinero para una remodelación (del tamaño de lo requerido para cerrar un parque), ¿por qué no lo invierten en un parque nuevo? Hay muchísimas zonas en la ciudad y en el área conurbada, quellevan años de carencias y que perfectamente podrían mejorar su calidad de vida si realmente se pensara en el costo-beneficio. El Parque 150 es icónico de la ciudad. Si el o la responsable de la idea de remodelarlo es inteligente, bien haría con fundar otro, en lugar de cambiarle la cara a este que recién recuperó las risas de hombres y mujeres, adultos, personas con discapacidad, infancia y adolescencia por igual. Hay muchos terrenos “de donación” por todos lados. Ni modo que el gobierno no pueda hacer uso de ellos para bien común.