EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, conmemoró este miércoles el aniversario 109 del asesinato de Francisco I. Madero, el “mártir de la democracia” que encabezó la Revolución mexicana y con quien a menudo se compara por los ataques recibidos por ambos por sus opositores. “Un crimen horrendo, una vergüenza en la historia de nuestro país, el asesinato del presidente y el vicepresidente (José María Pino Suárez) electos democráticamente. Esto fue producto de un golpe de Estado de militares del antiguo régimen”, declaró López Obrador en el Palacio Nacional. El mandatario realizó una guardia de honor a Madero, quien murió en 1913, hace justo 109 años, acribillado en el Palacio de Lecumberri de Ciudad de México por el Ejército que apoyaba a Victoriano Huerta, el ingeniero militar que conspiró contra el político y después se convirtió en presidente. López Obrador ha afirmado que él, por encabezar la “cuarta transformación” de México, es el presidente que “más ataques ha recibido” desde Madero, a quien considera el líder de la “tercera transformación” por encabezar en 1910 la Revolución que derrocó al dictador Porfirio Díaz. El presidente recordó además que “el peor embajador de Estados Unidos en la historia de México”, Henry Lane Wilson, pactó el golpe de Estado contra Madero. “Desde luego, participaron otras personalidades, la oligarquía de ese entonces, los 'fifís' (élites) que celebraron tanto el asesinato del presidente Madero como de su hermano Gustavo A. Madero”, lamentó el mandatario. Ante decenas de políticos, el presidente y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, guardaron un minuto de silencio en el memorial dedicado a Madero en el patio de honor del Palacio Nacional. El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ofreció un discurso en el que también destacó la “oposición conservadora” a la que se afrontó Madero, quien nació el 30 de octubre de 1873 en Parras de la Fuente, en el norteño estado de Coahuila. “Madero enfrentó la oposición socavada de los personajes influyentes del antiguo régimen, los periódicos conservadores y grupos de conspiradores que enlistaron en su ayuda al embajador Henry Lane Wilson y empresarios petroleros y ferrocarrileros de Estados Unidos y Gran Bretaña”, señaló. Antes de la ceremonia, el presidente ofreció un recorrido a áreas restringidas del Palacio Nacional, a donde él se mudó tras convertir en un centro cultural la antigua residencia oficial de los presidentes, Los Pinos. “Yo no sé qué hacían en otros lados los presidentes, si aquí está la historia nacional”, expresó el mandatario a los medios.