Notimex / La Voz de Michoacán Berna. El científico australiano David Goodall, de 104 años de edad, falleció ayer “en paz” tras someterse a un suicidio asistido en una clínica de Suiza, a donde viajó la semana pasada para solicitar la eutanasia voluntaria, ya que la muerte asistida sigue siendo ilegal en Australia. A las 12:30 horas locales de este jueves, el profesor David Goodall se ha apagado apaciblemente en Basilea (Suiza), después de una inyección de nembutal (barbitúrico”, escribió en Twitter Philip Nitschke, creador de la Fundación Exit Internacional y quien le ayudó a organizar su último viaje. At 12.30 today (10th May) Professor David Goodall, 104 years of age, died peacefully at Life Cycle, Basel, Switzerland from an infusion of Nembutal. — Philip Nitschke (@philipnitschke) 10 de mayo de 2018 La fundación indicó que el último deseo del científico es que su cuerpo sea donado a la medicina y que, de no ser así, sus cenizas sean esparcidas. “No quiere funeral ni ceremonia de homenaje. “David no cree en la otra vida”, señaló. Goodall, activista en favor de la legalización de la eutanasia en Australia, no padecía ninguna enfermedad en fase terminal, pero argumento que su calidad de vida se había deteriorado. No soy feliz. Quiero morirme. No es particularmente triste”. “Lo triste es que me lo impidan. Mi sentimiento es que una persona mayor como yo debe beneficiarse de sus plenos derechos de ciudadano, incluido el derecho al suicidio asistido”, explicó a la cadena de televisión australiana ABC el día de su cumpleaños, a principios de abril. La muerte asistida del científico, especialista en ecología, tuvo lugar ocho días después de haber viajado a Suiza, ya que la eutanasia sigue siendo ilegal en Australia, aunque autoridades del estado de Victoria planean permitirlo hasta junio de 2019. El profesor Goodall copó los titulares de su país en 2016 cuando la Universidad Edith Cowan en Perth le pidió que abandonara su puesto, alegando el alto riesgo que suponía para su vida los desplazamientos, sin embargo, dio marcha atrás a su decisión ante la indignación de la comunidad internacional.