Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Arrancó 2022 con un incremento en denuncias por delitos contra la libertad y la seguridad sexual. El primer mes del año superó las cifras de los últimos meses en cuanto a carpetas de investigación por abuso sexual, acoso sexual, hostigamiento, violación simple y equiparada. El informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló que durante el mes de enero se abrieron un total de 138 carpetas de investigación, de las cuales 51 fueron por abuso sexual, 13 por acoso, 2 por hostigamiento, 28 por violación simple, 10 por violación equiparada y 34 por "otros delitos que atentan contra la libertad y seguridad sexual", sin que sean especificados. La información anterior, contenida en la última actualización del Secretariado con corte a febrero de 2022, revela un incremento importante respecto al inicio de años pasados. En contraste, el 2021 inició con 111 carpetas de investigación por delitos de esta naturaleza en el mes de enero, de las cuales se desprenden 44 por abuso sexual, 9 por acoso, 2 por hostigamiento, 34 por violación simple, 4 por violación equiparada y 18 por "otros delitos". Incluso, el inicio de 2020, año que fue considerado como uno de los más complejos en materia de abuso sexual a nivel estatal por la llegada de la pandemia, llegó con cifras muy por debajo de los últimos dos años, 2020 y 2021. En total, la Fiscalía General de Michoacán (FGE) abrió 73 carpetas de investigación, de las cuales se desprenden 31 por abuso sexual, una por acoso sexual, 3 por hostigamiento, 30 por violación simple y cero en violación equiparada. Previo a la contingencia sanitaria por COVID-19, la tendencia se mantuvo en 71 carpetas de investigación para el inicio de 2019, año en que la base de datos del Secretariado Ejecutivo desprende 24 casos de abuso sexual, 2 por acoso sexual, 4 por hostigamiento, 29 por violación simple y 8 más por violación equiparada. Especialistas y la propia Organización Mundial de la Salud advirtieron que incluso antes de que existiera la COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las formas de violentar con más incidencia. Entre las principales víctimas de este tipo de violencia se destacó a las mujeres. Incluso, mujeres menores de edad, niñas y adolescentes, se encuentran entre la creciente cifra de violencia sexual arraigada tanto en las zonas rurales como urbanas de los 113 municipios. La pandemia habría derivado en una mayor presión de la violencia hacia las mujeres, sobre todo en los hogares. Durante los dos procesos de confinamiento y cierre de espacios públicos, los reportes y llamadas de auxilio de mujeres se dispararon sobre todo en las zonas urbanas del estado de Michoacán. Preocupa que las cifras reales de violencia han alcanzado también a los menores de edad al interior de los hogares; no obstante, con la tendencia de “cifra gris”, al igual que en muchos delitos, poco o nada se puede hacer para revertir una situación que no se ha logrado documentar a pesar de la evidencia. Por las propias condiciones de violencia y presiones socioculturales, se estima que apenas el 50 por ciento de las mujeres denuncia los casos de violencia que viven principalmente de sus parejas y familiares, mientras que el resto ya no llega a materializarse en denuncias. A lo anterior se suma que en el caso de las mujeres que llegan a denunciar se advierte que ya llegan bajo condiciones de abuso, agresiones y condiciones que requieren la intervención institucional para ser atendidas y que en muchos casos no se llegan a prestar en instituciones de salud pública y de procuración de justicia. Cabe destacar que las mujeres mexicanas, y las michoacanas en concreto, corren más riesgo de sufrir violencia de género al interior de sus casas por su pareja sentimental o algún familiar que en las calles, según organizaciones civiles y la propia Fiscalía de Violencia Familiar y la Fiscalía de Delitos Sexuales de la FGE.