EFE / La Voz de MichoacánMadrid. Hija de dos iconos de la cultura francesa como han sido Serge Gainsbourg y Jane Birkin, la actriz y cantante Charlotte Gainsbourg trata de reconciliarse con la alargada sombra de ambos en el documental "Jane par Charlotte", un retrato de su madre sobre el que sobrevuela la figura del mítico cantante. "Descubrí lo que era una vida normal casi con 45 años", dice en una entrevista con Efe en Madrid, con motivo del estreno en España de la película, que llega a las salas de cine este viernes y el próximo 6 de mayo a la plataforma Filmin. El documental supone el debut de Gainsbourg detrás de la cámara, pero ella dice que no se siente directora de cine. "Me gustan las cosas accidentales, sé que al cabo de los años debería sentirme más profesional, pero incluso como actriz no tengo todas las claves para serlo, me gusta no tener el control y para mí el director es alguien que tiene el control, es algo contradictorio", apunta quien ha sido actriz de cabecera de Lars von Trier. La película arranca con un concierto de Birkin en Japón y una primera entrevista en la que la hija reconoce el pudor que siempre ha sentido frente a su madre y ésta admite que su hija era misteriosa para ella y que la descolocaba desde pequeña. Es una conversación íntima en la que hablan de la relación entre ambas, del paso del tiempo, de sus recuerdos sobre su padre -Birkin dice que se pasaban el día borrachos- o de la dolorosa muerte de Kate, la mayor de las tres hijas de Birkin, que en diciembre de 2013 fue hallada sin vida en la calle bajo el balcón del apartamento donde vivía. Gainsbourg responde con rotundidad cuando le preguntan si hubiese podido tener esa conversación sin la cámara de por medio. "No, me di cuenta al terminar de rodar, me atrevía a ser tan íntima y personal y curiosa gracias a la cámara, pero creo que es algo que hacemos en mi familia, mi padre me declaró su amor a través de una canción o de una entrevista o de una película, era su modo de hacerlo". Se refiere a la provocadora "Lemon Incest", que su padre le dedicó y que cantaron juntos cuando Charlotte tenía 12 años. Uno de los momentos culminantes de la película es cuando madre e hija visitan juntas el apartamento de París en el que vivió la pareja hasta la muerte del cantante y que este año se convertirá en un museo. Sus zapatos, los medicamentos en el baño, paquetes de cigarrillos o frascos de perfume a medias, todo parece intacto pese a las tres décadas que han pasado desde su muerte. Birkin no había vuelto a pisarlo desde entonces. Charlotte confiesa que está deseando soltarlo, que deje de ser su responsabilidad. De un modo que no ve casual, la decisión de abrir al público la casa como un museo y la de rodar el documental llegaron juntas cuando Charlotte vivía en Nueva York. "Cuando murió mi hermana me fui a Nueva York, ahí sentía la tristeza por su pérdida, pero nadie lo sabía, nadie sabía quién era yo y de pronto podía tener conversaciones normales con el taxista o con los padres de otros niños, descubrí lo que era una vida normal casi con 45 años", afirma, "cuando volví a Francia lo veía todo con otros ojos". Para la protagonista de "Antichrist" ("Anticristo") o "Nymphomaniac", lo más difícil de lidiar con la sombra de sus padres ha sido compartir su intimidad con todo el mundo. "Cuando mis padres se separaron tuve a todos los 'paparazzi' encima y era una niña, cuando mi padre murió de nuevo vi mi intimidad convertida en un drama nacional y también al morir mi hermana", explica. "Creo que se han dado un cúmulo de circunstancias que han hecho que yo me ponga estas pruebas a mí misma, porque ahora me veo capaz de afrontarlas", concluye.