Yazmin Espinoza / La Voz de Michoacán Es bajo el sello editorial de HarperCollins México, que Claudia Duclaud publica La Hija del Fotógrafo, su ópera prima que, además de colocarla dentro de la nueva generación de talento artístico mexicano contemporáneo, nos muestra una historia tras generacional donde las mujeres tienen que hacer frente al machismo para sobresalir. En esta novela Duclaud nos presenta a Julia, una chica nacida en el seno de una familia de fotógrafos que ve sus empeños contraponerse a las rígidas expectativas paternas y al estricto ambiente de una sociedad minada por los prejuicios, el machismo y el fanatismo religioso. Su espíritu rebelde y sus anhelos de independencia la llevan a enfrentar los cánones y a romper patrones, al mismo tiempo que descubre el efecto que su belleza ejerce en los hombres. Se casa muy joven sin estar enamorada y poco después comienzan los inconvenientes. Una infidelidad con su jefe convierte su vida en una abominable y violenta realidad de la que apenas consigue salir con vida. Después de múltiples tropiezos tragicómicos y enredos llenos de amor y humor, Julia encuentra un propósito personal y estabilidad emocional al descubrir que, a veces, lo único que logra sacarnos del infierno es una segunda oportunidad. En entrevista para La Voz de Michoacán, la escritora nos habla del proceso de dar vida a su ópera prima, además de cómo la novela confronta al lector con el machismo y el fanatismo religioso de la sociedad mexicana del siglo XX en la Ciudad de México. Cuéntame sobre la historia que el lector podrá encontrar en “La hija del fotógrafo” Es una historia hecha de varias historias, en este ejercicio yo exhibo todos los temores y prejuicios que han caído sobre las mujeres a lo largo de todo un siglo, agarré el siglo XX y me valgo de la protagonista para ir llevando al lector de la mano por este recorrido. Le voy mostrando los diversos retos y problemas que las mujeres han debido enfrentar y la manera en la que los encaraban dependiendo de su tiempo. ¿De dónde surgió la inspiración para dar vida a esta historia? Bien a bien no te sé decir de dónde surgió la inspiración, pero si te puedo contar que me gusta mucho leer desde chiquita, y me di cuenta de que leer y escribir son las dos caras de una misma cosa. Entonces no supe en qué momento decido pasar de ser solo lectora a utilizar la palabra para expresar estas ideas que traía en la cabeza. Dije quiero platicar mi versión de los hechos, contar cómo veo yo el mundo y fue así como comencé a escribir. Me di cuenta de que los escritores que leía platicaban esta serie de vivencias sencillas que, de tan cotidianas, no son familiares a muchas personas, y en particular a las familias mexicanas, entonces quise yo platicar mi manera de transitar por esta sociedad mexicana del siglo XX, y el cambio de siglo también. Entonces me valgo de esta serie de mujeres, que son las protagonistas, para ir llevando al lector por este recorrido de generaciones, teniendo como escenario a la Ciudad de México. ¿Cómo fue el crear a los personajes que aparecen en el libro, al ser de diferente edad? Si tomo como punto de partida mi propia vida y la de mi familia y amigos, personas que pasaron y tuvieron una importancia en mi a lo largo de los años, pero tampoco puedo decirte que sea una biografía mía o familiar. Más bien es como un collage, mis personajes fueron una especie de Frankenstein, integrados a base de fragmentos; a lo mejor en un personaje agarro fragmentos de varias personas que conocí en la vida real, puse características de uno y otro y los resultados fueron interesantes, así fue como los fui diseñando. En la novela vemos temas como el machismo y el fanatismo religioso, ¿desde el inicio querías que fueran un eje fuerte en la historia? Al principio no tenía ninguna intención de resaltar estos puntos, pero, a medida que avanzaba en la estructura de la novela, me di cuenta de que el propio texto me los reclamaba. Para explicar a Julia y a las demás mujeres, se hacía necesario. Era inevitable hablar del machismo, porque era parte de la sociedad y del momento histórico que les tocó vivir, se respiraba machismo y muchas de mis protagonistas, a pesar de ser mujeres, son profundamente machistas ellas mismas, porque así fueron educadas. Entonces me empecé a dar cuenta de que tenía que abordar estos temas para desarrollarla con verosimilitud. Y también me di cuenta de que las protagonistas comenzaban a levantar la voz y defender sus causas. Yo tuve que hacerles caso, escucharlas y también exhibir cómo funcionamos como sociedad, cómo traemos arraigados estos prejuicios, como el machismo, dogmas religiosos que a veces rayan en el fanatismo, y toda esta carga cultural que nos es impuesta y que nos influye, a veces hasta nos determina. Al ir redondeando cada personaje era imposible no hablar de su contexto y de la manera en la que lo encaraban. Al principio las mujeres de otras décadas estaban tan inmersas en esta inercia que lo asumían con naturalidad y, si no, con resignación y sumisión. Y a medida que pasan las décadas, vemos cómo los personajes comienzan a cuestionarse y reflexionar sobre qué es lo que está pasando. Y luego a rebelarse y a manifestar un rechazo, hasta que llegamos a Julia que lleva esto hasta las últimas consecuencias. Vemos cada vez más protagonistas mujeres, también escritoras femeninas, ¿cómo te sientes ahora al ser parte de esto? Es una sensación bastante agridulce, porque si bien por un lado me emociona ser la voz de un grupo de mujeres de mi generación, no deja de llamarme la atención que se haga énfasis en ello, porque lo universal ha sido la literatura escrita por hombres. Es parte de lo que buscamos combatir como mujeres, porque debería de ser también absolutamente natural que nosotros seamos la voz de mujeres. ¿Qué viene para Claudia como escritora? Ahí traemos ya un proyecto nuevo, creo que “La hija del fotógrafo” es una historia ya terminada, a veces me preguntan si va a ser una continuación, pero creo que no, lo que Julia quería contarnos ya nos lo contó, así que creo que voy ya a abordar otras temáticas. Estoy trabajando ya en una novela, siento que es lo que me gusta, el cuento me cuesta mucho trabajo porque hay que ser muy conciso y yo soy muy rollera, entonces me quedo nuevamente con la novela, pero si voy a abordar nuevas temáticas. Estamos ya en pláticas con la editorial Harper Collins y, si todo va de acuerdo con los planes, en algunos meses estaremos ya hablando de la nueva novela.