Jorge Manzo/La Voz de Michoacán Michoacán goza del prestigio de la industria cinematográfica. El Festival Internacional de Cine de Morelia es quizá la más reconocida carta de presentación, pero no es la única. Se considera que lo que se estrena en la llamada capital del cine tiene pase automático en los más grandes escaparates del séptimo arte en el mundo. El estado posee el talento, los matices de sus paisajes, su cultura e infraestructura natural y una gran variedad de foros, sin embargo, los apoyos del gobierno están limitados y apenas alcanzan para la promoción y si acaso con el comodato para utilizar espacios públicos. Oficialmente hay once festivales de cine registrados y que forman parte de una red estatal, aunque hay otros más que le apuestan totalmente a la independencia como el Festival de Cine sin Cines que dirige la actriz Elpidia Carrillo y que tiene su centro de operaciones en la tierra caliente y en la meseta purépecha. Falta de recursos, burocratismo y trabas ante instancias de gobierno y pocos espacios de exhibición, los talones de Aquiles a los que se enfrentan los productores, realizadores y directores, confiesa el cineasta Alejandro Sosa, representante de la organización. Daniela Michel, directora y fundadora del Festival Internacional de Cine de Morelia, reconoce que es difícil hacerse llegar de recursos en estos tiempos poscovid, por lo que visualiza al sector privado como un aliado. Reconoce que el trabajo que ha realizado junto con su equipo le ha abierto las puertas para participar en fondos públicos, sin embargo, estos son limitados. Ve total disposición del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla para apoyar la realización del FICM y aclara que de ninguna manera buscan competir con otras plataformas y más bien abre las puertas y se ofrece como colaborador. La actriz Mónika Rojas, quien produjo durante varios años el Festival de Cortometrajes Shorts México, ve a Michoacán como un estado por excelencia rico en cultura e inspiración. “Es tierra fértil para los festivales” y sugiere que se siga diversificando la industria, pero con objetivos claros. “Tienen la sensibilidad necesaria para canalizar el arte cinematográfico y potencializarlo a ser de los mejores del mundo”. Alejandro Sosa pone el dedo sobre íes: en Michoacán no hay industria cinematográfica, pero sí se tiene buena impresión del cine michoacano fuera del estado, incluso internacionalmente. El cineasta Miguel Ángel Marín, uno de los gigantes de la industria y creador de Feratum, ve un panorama más positivo después de la crisis provocada por la pandemia y que pausó la realización de festivales en todo el planeta, aunque reconoce que los recursos públicos y privados se vieron limitados por varios factores, entre ellos, porque en momentos de ajustes presupuestales a la cultura es a la que primero le recortan, resaltó contar con comunicación y respaldo del gobierno local y propone la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento, a través de medios privados. Elpidia Carrillo, actriz que aunque gran parte de su trayectoria artística la ha desarrollado en Hollywood, ha decidido desde hace varios años acercar el séptimo arte a comunidades en donde ni siquiera cines hay. Ella financia su festival y lleva invitados para darles talleres de actuación, fotografía y producción a niños, jóvenes o cuanta persona desee. Las comunidades son las que le abren las puertas y adaptan plazas públicas o pequeños teatros para proyectar los trabajos seleccionados. Es quizá la plataforma más independiente –sin subsidio gubernamental- que se realiza en la entidad. El productor de Animal Film Fest, Felipe Godoy, reconoce que los gobiernos actuales han apoyado abriendo las puertas de sedes y la difusión, y aunque existen planes a futuro donde se involucra más al gobierno, a fin de expandir los alcances del escaparate, con el esfuerzo de los organizadores y el apoyo de los patrocinadores, se mantienen de pie. Lo mismo ocurre con el Apatzingán Festival Internacional de Cine (AFIC), pues se sostiene de contribuciones que realizan las empresas, mientras que los gobiernos actuales sólo aportan la difusión y los espacios para realizarlo, explica Antonio Zaragoza López. Luis Fernando Flores, quien coordina el Festival Internacional de Cortometraje UVAQ, comparte que el 2021 fue un año determinante, pues se tuvieron que tomar decisiones determinantes, pero resalta la colaboración y el trabajo decidido de directivos, docentes, alumnos, aliados, invitados y realizadores. A ellos les ha resultado positiva la difusión de sus trabajos a través de la Internet. Justamente llevar las producciones a un formato híbrido ha sido clave para el crecimiento de casi todos los festivales en Michoacán y en México y “es algo que llegó para quedarse”, celebra Daniela Michel. La situación es compleja para la industria en Michoacán y quizá para todo el país con la nueva política de fondear festivales. En realidad no hay apoyos para la realización de este tipo de foros. Está en construcción la Comisión Fílmica, pero aún falta mucho tramo por recorrer. Alejandro Sosa recordó que desde la administración anterior se gestionó, y el actual gobernador dijo que se autorizaba el comité de filmaciones y habló de la importancia, pero, “hasta el momento no ha pasado nada con ninguno de los dos temas”. Reprocha que el gobierno actual recortó gran parte de los apoyos para la industria. “No se trata de los apoyos que el gobierno pueda otorgar, sino de las o los funcionarios que ocupan esos puestos de gobierno, si alguien entiende la importancia del cine y de verdad le interesa la cultura y el arte, siempre existen formas de apoyar y fortalecer a la comunidad cinematográfica y a los festivales, a través de difusión, espacios, gestión, facilitar tramites”, propone el representante de la red, quien reconoce el trabajo y apoyo que reciben estas plataformas de los medios de comunicación, así como de redes y otros festivales de fuera, así como de la iniciativa privada, empresarios, hoteleros y artistas. Miguel Ángel Marín ve la luz al final del túnel. La pandemia se convirtió en un enemigo para la realización de escaparates, algunos incluso no sobrevivieron. Feratum cumplirá este año 11 ediciones y aunque el año pasado pensaban realizar actividades especiales, esperan que en esta ocasión se pueda tener una programación conmemorativa. Confía que las dos ventanas que abrió el gobierno federal para apoyar puedan estimular a los realizadores mexicanos. Admite que los apoyos de los fondos públicos son muy variantes y cada año las reglas de operación están en movimiento. Daniela Michel agradece el apoyo del gobernador, pues desde que comenzó su administración ha dado muestras de que le interesa el Festival de Cine, incluso, reconoce que “como nunca antes” han sido recibidos por un gobierno. También destaca el apoyo de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien a pesar de que cuenta con recursos limitados y no es posible darle demasiados fondos o recursos a todos los festivales por las necesidades y prioridades que ha definido el gobierno, han tenido su respaldo. Aclara que no dan por hecho de que recibirán los recursos en cada edición, sino que cada año realizan gestión y tocan puertas. Su respaldo es que realizan un festival sólido y serio. El representante de la Red Michoacana de Festivales, Alejandro Sosa reconoce que el FICM es la referencia principal y más exitosa de festivales de cine no sólo en el estado, sino en México, y uno de los más importantes en el mundo. “Es por el Festival Internacional de Cine de Morelia que hay un antes y un después en la historia del cine michoacano”. Aunque reconoce que las plataformas sobreviven ante la adversidad, con todos y los mismos problemas que enfrentan todos los artistas, sin recursos, muchas veces poniendo dinero de su bolsa, sin espacios disponibles y a veces con una serie de trabas para lograr hacer una edición, “pero sobreviven”. La directora del FICM destaca que cada festival que se organiza es diferente, tiene su vocación y enfoque, pero lo que es importante es que cada uno tenga su identidad. Recuerda cómo han sido estos primeros 19 años de trabajo. Ella, comparte que comenzó en la sala de su casa y hoy cuenta con un equipo consolidado. No busca que vean al Festival Internacional de Cine como una competencia, sino que todos se vean como complementos. Elogia el trabajo que realiza cada director y productor, pues conoce todo lo que implica organizar un evento de estas características, y expone que lo que tratan de hacer siempre es que luzca lo que se hace. “No tenemos recursos suficientes, pero los que tenemos los hacemos eficientes y ahorrar en todo lo que se pueda”. “Lo más difícil es lograr continuidad, es por ello que reitero la necesidad de llevar a cabo siempre los proyectos de Festivales con rigor, profesionalismo y con planes de trabajo que se llevan a cabo meses antes para ejecutar una buena planificación. De ser así, el entorno y sus diferentes agentes, comenzarán a dar apoyo para su continuidad y futuro”, dice por su parte la actriz y productora Mónika Rojas. Michoacán es una potencia para la industria. Actores, directores, productores, fotógrafos quieren estar en Morelia. Es el camino para llegar a los más grandes festivales de cine del mundo. Así lo ven desde afuera. Pero adentro, aún y cuando se sabe de todas estas bondades que ofrece el estado, de los paisajes, de la infraestructura y del talento, se le ve y se le trata de manera diferente.