SECRETO A VOCES Rafael Alfaro Izarraraz En la historia que nos llegó de Europa (la historia eurocentrada) dice que los medios de comunicación (la prensa y los medios electrónicos, radio y televisión) se les llama Cuarto Poder. Cómo es del conocimiento de casi todo mundo la historia de este concepto surgió en el siglo XVIII cuando el político inglés Edmund Burke en uno de sus discursos en el parlamento inglés, señalando a la tribuna en donde se encontraba la prensa, dijo: "Ahí (tenemos), el cuarto poder". Como lo expone Javier Galán Gamero (Cuando el “cuarto poder” se convirtió en el cuarto poder: propuestas) por la época en que ocurre la anécdota no existía tal tribuna de prensa en la Cámara de los Comunes (parlamento inglés), pero más allá de la veracidad de la anécdota lo cierto es que Burke hace un señalamiento que implica un registro histórico muy importante, el poder de la prensa en la formación de la opinión pública ciudadana. Como también es del dominio público el Cuarto Poder es una metáfora por medio la que se debe entender que ese poder es la continuación o secuencia de la existencia de tres poderes que constituyen los sistemas políticos modernos: el Pode Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Judicial. Lo del Cuarto Poder, que hace referencia a la prensa en un sentido metafórico se debe a que ninguna Constitución reconoce la existencia de un Cuarto Poder. Si hiciéramos un análisis de este concepto a partir de las teorías del poder llegaríamos a la conclusión de que se trata de un poder que no está reconocido como tal en las teorías que existen en la modernidad sobre el poder, entendido como una representación a la que las personas en su condición de ciudadanos ceden sus derechos individuales para que a su vez esa entidad receptora (El Estado) los administre a nombres de quienes los entregan. El Cuarto Poder opera a través de una oficina y una red de reporteros, enviados especiales, columnistas, reporteros gráficos y lectores de noticias diseminados todos los días en el territorio con el fin de reportar hechos y acontecimientos. El Cuarto Poder (la prensa) opera como una red, interiorizando en la conducta de los ciudadanos a través de la noticia determinados valores, creencias o tradiciones y costumbres que luego se traducen en actos concretos. En ese sentido, se trata de un poder como lo concibe Foucault: un poder que no está concentrado en una institución ya sea el poder ejecutivo, legislativo o judicial, sino que se trata de un poder cuya información emitida circula entre cada uno de los integrantes de la sociedad o a través de comunidades dispersas en el territorio o intencionalmente reunidas bajo determinados propósitos en algún destino ya sea la región, el municipio, el barrio, la iglesia, la cárcel, la escuela, la plaza, calle o el hospital. Es un poder que llega a la oficina en forma de un periódico o revista impresa (en las oficinas por supuesto las notas ya recortadas), en la imagen televisiva, la crónica radiofónica o de las modernas redes sociales que se han conformado con la revolución que ha ocurrido en las tecnologías de la información: ya sea del Facebook, Instagram, YouTube o el WhatsApp. La pregunta es ¿por qué nos llega como poder y por qué no de otra manera? El Cuarto Poder en la historia juega un rol progresista en Europa y América del Norte no es un todo homogéneo ni vive las mismas experiencias en todo el mundo. En los países latinoamericanos, africanos y asiáticos, un segmento de ese Cuarto Poder se coloca del lado de la independencia y otro segmento del lado de los poderes coloniales. Cuando las naciones logran su independencia el Cuarto Poder se consolida como una empresa periodística editorial que como toda empresa funciona bajo el principio de las ganancias. Aunque en el caso de los medios en general la ganancia es fundamental, no siempre ese criterio funciona para valorar a la conducta progresista o no del Cuarto Poder, entendido como un conglomerado heterogéneo, distribuido geográficamente en múltiples territorios y escenarios en donde diversos grupos dedicados a la comunicación tratan de reproducir su existencia. En el mismo escenario están las empresas periodísticas familiares que coexisten y compiten con las grandes multinacionales de la información y que se mueven en un espacio más reducido que puede ser un municipio o una región. Sin embargo, esto es verdad, son los conglomerados mundiales quienes recogen la información hasta en los puntos más recónditos del planeta y más allá del mismo y la trasforman en representaciones de lo que ocurre a veces tergiversando la realidad. Por medio de esas imágenes o narrativas modela juicios de miles de millones de seres humanos asumiendo realmente la función de Poder especial. Pero, como lo veremos en otra entrega, ese poder se ha transformado con la llegada de las redes sociales.