José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Pese al clima de inseguridad registrado en la región Ciénega y de manera concreta en este municipio, las autoridades han dado a conocer el programa de la Feria de Semana Santa, en alusión a las conmemoraciones por el calvario y muerte de Jesús, a realizarse del 14 al 16 de abril de este año. De acuerdo con el programa dado a conocer a través de los medios oficiales se pudo conocer que las actividades se dividirán en dos grandes vertientes: actividades culturales y artesanales y las propiamente religiosas; sin embargo, algunos integrantes de la grey local han lamentado la utilización del calificativo de “feria”, toda vez que ello rompe con la solemnidad del evento, que es una conmemoración, no una celebración. En tanto, confesantes católicos de los municipios de la Ciénega de Chapala preparan ya las representaciones conmemorativas a la Pasión y Muerte de Jesús, que de acuerdo con el rito católico fue crucificado por los romanos a petición del pueblo judío. Con cuadros, con personajes en vivo y en todos los casos acompañados de los pobladores, grupos de jóvenes realizan durante los llamados Días Santos representaciones de la vía dolorosa o el camino de la cruz (Viacrucis) en diversos municipios y prácticamente en cada barrio. Foto, José Luis Ceja. En la Ciénega de Chapala son los municipios de Sahuayo, Villamar, Jiquilpan y Venustiano Carranza los que son visitados cada año por cientos de turistas con la intención de ver la escenificación de la aprehensión, martirio, crucifixión, muerte, sepultura y resurrección de Jesús de Nazaret, figura central del cristianismo. En todos los casos el Viacrucis inicia en la parte baja de algún cerro o loma en cuya punta se localiza una iglesia o un santuario donde tiene efecto la simulación de la crucifixión de Jesús. En casi todos los municipios señalados las escenificaciones inician el miércoles por la tarde para revivir durante el Jueves y el Viernes Santo la pasión y muerte del Cristo. Pescadores, campesinos, obreros, amas de casa y ladrones se despojan en estos municipios de sus atuendos y avíos de trabajo para vestir las túnicas y calzar las sandalias y recorrer junto al que lleva la cruz el camino que le lleva a la muerte. Después, en el caso de Jiquilpan, las mujeres visten de negro y al caer la noche los hombres se congregan silenciosos en el atrio de la iglesia de San Cayetano, uno de los más populosos barrios de la ciudad, en espera de que arribe la enorme cruz de la crucifixión que es escoltada por los varones del pueblo por todos los templos de la ciudad en el más completo silencio. Foto, José Luis Ceja. Los varones se turnan para cargar la pesada cruz de madera, las mujeres dan una y otra vez la vuelta al rosario en sus manos y murmuran apenas la oración, los varones en algunos casos caminan descalzos y a propósito invitan a algún amigo a caminar fumando delante de ellos y a soltar la bachicha al piso sin apagarla. Al día siguiente, el Sábado de Gloria, todas las campanas de las iglesias de la Ciénega entonan la sinfonía de la resurrección y los niños salen de sus hogares con sus botes llenos de agua para bañarse de gloria y de alegría. El mismo sol parece ser más brillante que el del viernes anterior: hay sonrisas nuevamente en los rostros de los varones y las mujeres dejan en el armario el vestido y el velo negro. La posibilidad de suspensión Dado el clima de inseguridad que permea en la región se ha señalado que los eventos de participación masiva pudieran suspenderse y remitirse a los eventos eclesiásticos realizados a puerta cerrada y con trasmisiones vía redes sociales como el año pasado, derivado de la pandemia por COVID-19 en aquella ocasión, aunque oficialmente ningún municipio de la región ha anunciado la suspensión de estas conmemoraciones, que en casos como Sahuayo y Venustiano Carranza constituyen también uno de los principales activos en materia de atracción del turismo, en algunos casos de más de 10 mil personas con la derrama económica que ello implica para los comercios de estas localidades. Foto, José Luis Ceja. Tampoco se ha anunciado un reforzamiento en materia de seguridad, esto pese al toque de queda que, de facto, se ha instalado en municipios como Jiquilpan, Sahuayo y Villamar; en lo que respecta a las actividades culturales, como exposiciones artesanales y otros, pudieran ser suspendidas ante los eventos recientes. De manera oficial las autoridades religiosas no han fijado una postura al respecto y en municipios como Sahuayo y Venustiano Carranza continúan los ensayos para las puestas en escena, al mismo tiempo las autoridades comunales de la tenencia de Los Remedios, en Jiquilpan, han apuntado que no suspenderán las actividades alusivas a la “Quema del Judas”.