Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán.- Trámites burocráticos y falta de medicamentos impactan a la salud de decenas de pacientes con VIH en Michoacán. A pesar de la urgencia de los pacientes, IMSS e ISSSTE siguen con deficiencias y trabas para el abasto de retrovirales a la población infectada. Organizaciones de la sociedad civil han puesto sobre la mesa la problemática que se vive en la actualidad: si bien en los sistemas estatales el abasto de medicinas es ágil, en los nosocomios de la Federación la historia es completamente distinta. En lo que va de este 2022, se han acercado al menos 15 pacientes recién diagnosticados para denunciar la falta de los retrovirales que les pueden mantener con vida. A pesar de los llamados, al menos cinco pacientes han tenido que llegar a recurrir hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que las instituciones de salud pública de la federación les surtan los medicamentos necesarios para contener al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En voz de Antonio Cortés, activista por los derechos de la comunidad LGTB+ y población con VIH, las compras de medicamentos y los trámites burocráticos son los aspectos que más afectan a los ciudadanos con el virus. Mientras que en las instituciones de salud del estado la medicina se entrega el mismo día en que son diagnosticados, en el IMSS e ISSSTE la entrega se llega a prolongar hasta por 90 días, aun cuando los nosocomios sí cuentan con el inventario de medicamento. Yo tengo conocimiento de un par de meses para acá de 15 personas que me han comentado que no hay medicamento. Lo que les invito es hacer la recomendación inmediata. Que emitan su queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos o bien ante la intervención de otros organismos. Hace tres meses presentamos cinco casos de que no se estaba entregando el medicamento”, manifestó el activista ante la opinión pública. Desde 1985 Michoacán ya acumuló un total de 8 mil 193 casos confirmados de VIH, de los cuales la enfermedad afectó más al sector masculino, con un total de 7 mil 134 casos y apenas mil 2589 casos registrados y atendidos en mujeres. Al dato anterior se advierte, se deben de agregar casos que no se detectaron y que por falta de tratamiento, sobre todo en los años 90 y principios de siglo, habrían derivado en cientos de fallecimientos registrados como causales de otros padecimientos virales. Al igual que a nivel local, la tendencia nacional sigue al alza con más de 60 mil 340 detecciones que se realizaron el año pasado. Preocupa que actualmente hay 14 mujeres embarazadas que dieron positivo a las pruebas de VIH y que ya son atendidas con los retrovirales autorizados para la enfermedad. Se estima un total de 2 mil 783 pacientes en tratamiento activo de los cuales se desglosan en mil 800 hombres, 424 muj4res, 30 personas trans y 19 niños, de los cuales, no se habrían tenido problemas de abasto de medicamentos, según versiones oficiales. En voz del activista Antonio Cortez, a pesar del complejo panorama anterior, el abasto de los retrovirales desde la Federación es el principal problema, debido al fallido esquema de compras consolidadas implementado por la Presidencia. Todos los cambios que hicieron en las compras, afectan a las entidades. Entonces no están llegando los medicamentos y ellos tienen una forma de comprarlos distinta. Hasta que no llega el paciente no piden el medicamento. En el Seguro Social pueden pasar hasta 3 meses para que den medicamentos a pesar de que el sistema inmunológico esté comprometido”, concluyó. Solo de Michoacán coexisten casi 2 mil portadores del VIH que se encuentran bajo tratamiento de retrovirales. Aunado a la realidad de la dificultad para acceder a los tratamientos, la COVID-19 como virus epidémico les ha generado aun mayor preocupación por el alto grado de contagio que presenta y por el riesgo de complicarse con las comorbilidades registradas. A mediados del 2020, colectivos manifestaron complicaciones para adquirir los retrovirales en el interior del estado por la propia crisis generada por la pandemia. Si bien en ciudades como Morelia se contaba con el suministro, personas infectadas desde la Costa michoacana, Sierra Costa u otras regiones tenían que trasladarse durante largas horas para conseguir el tratamiento que les permite sobrevivir a la enfermedad