Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La corona de espinas colocada en la cabeza de Cristo durante su Pasión es una de las reliquias más veneradas por los fieles en el mundo, junto a un fragmento de la Vera Cruz y uno de los clavos con el que se crucificó al Hijo de Dios; sin embargo, tiene un origen sencillo: fue hecha a partir de un árbol. Una de las torturas que sufrió Jesucristo durante su Pasión fue la coronación de espinas, suceso que se medita en el tercer misterio doloroso y que se encuentra descrito en el Evangelio de San Mateo. “Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ‘Salve, Rey de los judíos’”. Según los estudios médicos realizados a la Sábana Santa de Turín -que según la tradición envolvió el cuerpo de Jesús-, y en la que quedaron impregnadas manchas de sangre del rostro, se identificaron gotas de sangre en la nuca que son producto de “lesiones en el cuero cabelludo”. Las lesiones en la cabeza fueron provocadas por la corona de espinas pues, según los estudios médicos, las gotas de sangre halladas se distribuyen a modo de aureola, y están causadas por objetos puntiagudos, clavados y frotados sobre la cabeza, en forma de gorro o cofia de espinas. Este instrumento de tortura habría sido confeccionado a partir de un árbol o planta que crece cerca de Tierra Santa, lugar donde de acuerdo con la tradición católica, Jesucristo vivió su Pasión, Muerte y Resurrección, y que se caracteriza por tener espinas muy filosas en sus ramas. El médico estadounidense Frederick Zugibe, experto forense conocido por sus estudios sobre la Sábana Santa de Turín, ofrece en su libro The Crucifixion of Jesus, a Forensic Inquiry, un apartado donde explica el posible origen de la planta con la que se hizo la corona. Zugibe dijo que, si bien el material utilizado para confeccionar la corona de espinas aún está en debate, estudios elaborados por expertos indican que se trataría de una planta que creció en Medio Oriente y pertenece a la familia de las Ramnáceas. Precisó que renombrados expertos en botánica de la flora de Tierra Santa señalan como posibilidades los siguientes dos árboles: El primer árbol se denomina Ziziphus Spina-Christi, es conocido como Rhamnus Spina-Christi o Rhamnusnabeca, y proviene de Siria y el Líbano, a través de Palestina a Arabia, Petraea y Sinaí. El segundo árbol se llama Paliurus aculeatus o Ziziphus Paliurus. Zugibe dijo en el libro que ambas plantas pertenecen a la familia de las Ramnáceas y se caracterizan por estar estrechamente espaciadas y por tener espinas afiladas, que pueden ser trenzadas en forma de una gorra. Con información de aciprensa