Del barrio a ser de las más impresionantes del país: la Procesión del Silencio de Morelia; aquí la historia

Después de las restricciones obligadas por la pandemia de COVID-19, miles de personas presenciarán de nuevo el cortejo fúnebre que iniciará a las 19:00 horas de la Calzada Fray Antonio de San Miguel.

Foto: Facebook vía @visitmichoacan

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La tarde-noche de este Viernes Santo, el primer cuatro de la capital michoacana volverá a quedarse en penumbra en señal de luto por el dolor de la Virgen María ante la muerte de su hijo Jesús, en la Procesión del Silencio que este 2022 cumple 46 años realizarse.

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Después de las restricciones obligadas por la pandemia de COVID-19, miles de personas presenciarán de nuevo el cortejo fúnebre que iniciará a las 19:00 horas de la Calzada Fray Antonio de San Miguel.

¿CUÁL ES SU ORIGEN?

Guillermo Isael Rodríguez Cruz, actual encargado de la Procesión, lo cuenta. Surgió en 1976, por iniciativa del sacerdote Joaquín Altamirano Rodríguez, entonces rector del templo de Capuchinas.

En sus inicios la celebración se llevaba a cabo en la plaza que está frente al recinto religioso y al pasar de los años se extendió a más calles, como la Vasco de Quiroga, Andrés del Río, Juan José de Lejarza, Padre Lloreda y Velázquez de León.

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Así, por la década de los 80 y parte de los 90, ya era una tradición en Morelia acudir al barrio de Capuchinas a presenciar la procesión.

Foto: Facebook vía @visitmichoacan.

DEL BARRIO AL CENTRO

En 1991, la procesión del Silencio salió por primera vez del barrio de Capuchinas para trascender y convertirse en una tradición de arraigo de todos los morelianos hasta escalar a los planos nacional e internacional.

Fue con motivo de las actividades del 450 aniversario de Morelia que se solicitó al padre Altamirano llevar la procesión a la avenida Madero; actualmente son 19 cofradías, 14 imágenes religiosas de finales del siglo XVI a principios del XX y más de 2 mil personas participando.

Foto: Facebook vía @visitmichoacan.

COFRADÍAS Y ENCAPUCHADOS

Guillermo Rodríguez explica que las cofradías representan, con sus pasos, con sus andas –plataforma sobre la que van las imágenes religiosas–, los misterios de la pasión de Jesús, desde la oración en el huerto de Los Olivos, cuando fue aprehendido, juzgado, flagelado, coronado de espinas, con la cruz a cuestas; cuando es crucificado y finalmente bajado de la cruz y puesto en el sepulcro.

Por eso las últimas dos cofradías son la de Nuestra Señora de la Soledad y el Cristo del Santo Entierro, que son las dos imágenes con las que se inició la procesión hace 46 años y que son veneradas en Capuchinas.

En suma, es acompañar el cortejo fúnebre del ‘Rey de reyes’, acompañar a la Virgen de la Soledad, recordando que sostuvo entre sus brazos el cuerpo de Jesús muerto luego de haberlo descendido de la cruz en la que fue clavado y posteriormente lo deposita en el sepulcro, dice Guillermo.

Sobre los encapuchados, es una tradición heredada de España; las túnicas que portan los cófrades son hábitos penitenciales, y algunas cofradías deciden ir con el rostro cubierto con la capucha o capirote, que significa ir bajo el velo del anonimato, de ni ir lucirse, sino se realiza un acto penitencial, ofrecer el sacrificio en expiación de los pecados cometidos y su reparación.

Foto: Facebook vía @visitmichoacan.

¿QUÉ SE HACE EN LA PROCESIÓN?

El cortejo parte de la Calzada Fray Antonio de San Miguel y durante el recorrido hay 7 balcones estratégicos desde los cuales se le recita o se le canta una “saeta” a la Virgen de la Soledad por las heridas clavadas en el corazón por la muerte del hijo.

Hace un alto frente a Catedral, donde se le da el pésame a María, encabezado por la autoridad eclesiástica de la Arquidiócesis de Morelia y suena la monumental matraca en las torres del emblemático recinto construido entre 1660 y 1744.

Una característica peculiar de la celebración, destaca el encargado, es que, a su paso se van apagando las farolas y la avenida Madero queda en penumbra.

Finalmente, después de la pausa en Catedral, la Procesión del Silencio rodea la plaza de Armas por la calle Abasolo para tomar Allende, Valladolid, doblar en Vasco de Quiroga y llegar al templo de Capuchinas, donde concluye.

Se prevé que la procesión llegue desde el punto de partida hasta la parada del pésame en el primer cuadro de la ciudad entre 8:30 y 9:00 de la noche, y a Capuchinas entre 10:00 y 10:30.

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