La Voz de Michoacán Lo peor que le puede pasar a la justicia es que se politice. Sí, cuando eso ocurre, estamos en graves problemas, porque lejos de alcanzar la justicia, nos alejamos más de ella. La historia nos recuerda incontables casos en donde intereses ajenos al de la verdad y la justicia, terminan convirtiéndose en banderas políticas de unos cuantos. Lo que está ocurriendo en Nuevo León nos recuerda ese grave peligro al que se expone a las instituciones. Claro, nadie duda de la honestidad del llamamiento del gobernador. Samuel García exige que la Fiscalía dé la cara y deje las excusas para que se esclarezcan los homicidios de Debanhi y Yolanda. La respuesta del MP es clara y contundente. “La Fiscalía investiga, el gobierno debe protegerlas y evitar su muerte”. Para qué hacer “circos mediáticos”. Lo que se debe hacer es frenar la violencia. Claro, no es sencillo. El ministerio público no previene la violencia, actúa cuando ya ocurrió una tragedia. El gobierno a través de sus áreas de seguridad, sí puede prevenir o combatir la violencia. Es probable que en la coyuntura hay quienes intentan, como coloquialmente se dice, “ponerse el zapato antes de la espinada”, llevándose el prestigio de las instituciones. Nadie quizá quiere que ocurran muertes trágicas, pero todos, incluida la sociedad, deben evitar los “circos mediáticos” que nos alejan de la verdad. Tanto tiempo ha costado la construcción de instituciones de justicia y que a pesar de los esfuerzos de miles de personas no escapan del cuestionamiento y escarnio público. Sí, claro, no faltan los “prietitos en el arroz” y elementos que, por su actuar, echan a perder los pedazos de credibilidad que se van ganando.¿Quién va a confiar en las instituciones de procuración de justicia si se concibe a la misma sólo como actuante en casos de desgracia? Viven siempre en desventaja.