“Todo lo que sabemos de la guerra, lo sabemos por la «voz masculina». Todos somos prisioneros de las percepciones y sensaciones «masculinas». De las palabras «masculinas». Las mujeres mientras tanto guardan silencio”La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Aleksiévich Mara Rahab Bautista López Una de las características que más disfruto y admiro de la literatura es su polifonía, la capacidad de escuchar y dialogar con varias voces. En tiempos de censura e intolerancia, la posibilidad del libre diálogo se aprecia más que nunca. En este sentido, las guerras siempre ejercen un alarmante nivel de censura que impide esta polifonía, provocando que la única voz que se escucha es la voz del más fuerte. Como consecuencia de la cultura de la censura y la guerra de Rusia contra Ucrania, muchos actores rusos en diversas áreas de desempeño como el deporte, la literatura, el arte, entre otras, han sido censurados y juzgados en espacios alejados de la guerra y que, al contrario, en algún sentido realzan valores de la humanidad, sin caer en lo moralista, si no en la condición de valores humanos como la inclusión, la escucha, la bondad. Eso para hablar de “La guerra no tiene rostro de mujer” de Svetlana Aleksiévich, una obra escrita en 1983, y publicada en Rusia en 1985. Svetlana es una autora nacida en Stanislaviv (Ucrania), su lengua materna es el ruso, me parece importante mencionarlo porque de ahí vendrá mucha de la curiosidad por escuchar y recuperar de manera oral relatos y voces. En 2015 fue la ganadora del premio Nobel de Literatura, una de las 15 mujeres que han recibido este reconocimiento; solo 15 a diferencia de los más de 100 hombres con este premio. Otro gran precedente marcado por la autora fue que ella es la primera en obtener este premio con una obra de no ficción. Aleksiévich abre con su obra su propio género literario, la «novela de voces», con la que da voz a la gente común para explicar la historia de la antigua Unión Soviética y de los actuales estados que formaron parte de ella, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la fecha, obra polifónica en toda la amplitud de la palabra. En La guerra no tiene rostro de mujer, la autora reúne muchísimos testimonios de mujeres (yo diría niñas y adolescentes) soviéticas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, mujeres que con entusiasmo patriótico, con la ilusión de cambiar el mundo, de hacer uno mejor, se sumaron a las filas y le entraron en la guerra a todo sin distinción de su género. Estos relatos son resultado de varias entrevistas realizadas a mujeres, en las que relatan la guerra desde sus ojos, su experiencia, sus emociones, lo que hace de este libro una verdadera obra polifónica en toda la extensión de la palabra, que nos permite escuchar y dialogar con todas estas voces femeninas y ponerle rostro de mujer a la guerra, a las guerras. Escrito con exigencia periodística sin dejar atrás en un momento la sensibilidad, la autora nos muestra las emociones, los traumas, los corazones de una guerra en que lucharon mujeres jóvenes sin distinción de género en el campo militar, demostrando también con esta obra, que los roles son construidos por la sociedad. Con todo esto, considero oportuno recomendar algunas autoras rusas contemporáneas y sus obras traducidas al castellano: Liudmila Ulítskaia “Mentiras de mujeres”, AnagramaGuzel Yájina “Abre los ojos”, AcantiladoAlisa Ganíyeva “La montaña festiva”, TurnerAnna Starobinets, “Tienes que mirar”, ImpedimentaTatiana Tólstoi, “Mundos etéreos”, PlanetaElena Gorokhovau “Montón de migajas”, Gatopardo Y una autora palestina: Nadia Ghulam , “El secreto de mi turbante”, Planeta ---- Traspatio Librería es un proyecto de promoción de la bibliodiversidad, la edición independiente, la literatura y la escritura de mujeres. Ofrecemos un espacio de diálogo y encuentro. Ig: @traspatiolibreriamorelia Fb: @traspatiomorelia Twitter: @traspatio_el