Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. A la fecha, habitantes de Zacapu conmemoran y agradecen aquel milagro que salvó al pueblo de ser destruido hace 175 años. Esta tradición ha trascendido de generación en generación como un acto de fe que se manifiesta en una celebración religiosa anual que tiene su culmen en la parroquia de Santa Ana. Cuentan que en febrero de 1847 un furioso y gigantesco dragón o culebra de agua apareció en el cielo, provocando feroces relámpagos y truenos, así como devastadores vientos que arrancaban árboles y techos de las casas. Era tal la fuerza de las embestidas de ese mítico animal que los asustados habitantes temían la destrucción del pueblo, por que lo elevaron sus desesperadas súplicas a Dios, pero con ferviente fe, pidiendo clemencia. Entonces, los pobladores se refugiaron en el templo parroquial, el de Santa Ana, donde continuaban orando al Creador para que cesara el voraz fenómeno. Dice el relato, del cual se da testimonio hasta ahora, que el sacerdote del lugar tomó al Santísimo Sacramento para colocarlo en la custodia y rezaron esta jaculatoria: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos de todo mal”, y posteriormente salieron en procesión por la puerta principal del recinto religioso. Y ocurrió el milagro. Aquel violento fenómeno desvió su curso hacia un cerro, el cual, afirman, fue partido de un coletazo en pedazos; a ese lugar lo llamaron el “Reventón”, aledaño al cerro de “La Crucita” y a la llamada “Piedrera”. Foto: Facebook Parroquia de Santa Ana Foto: Facebook @megustazacapu. Uno de los escritos de este evento dice: “En el año de 1847, la villa de Zacapu de Mier, de habitantes mayoritariamente indígena, sufrió una tarde de febrero, una fuerte tormenta ocasionada por una pavorosa y gigantesca ‘culebra de agua’, amenazando con destruir la pequeña población, quienes buscaron el apoyo del Sr. Cura y así se organizó una procesión con la exposición del Santísimo, logrando conjurar la amenaza. Entonces ya vencida, de un desesperado coletazo de mil pedazos quebró la piedra para formar lo que ahora se conoce siempre como el ‘Reventón’, prometiendo aquellos pobladores conmemorar este hecho cada año como se acostumbra”. En efecto, los habitantes mantienen viva esta tradición de la Fiesta del Santo Dios, una de las más emblemáticas de Zacapu, la que conmemoran con la subida al “Reventón”, misas, procesión del Corpus Christi por las principales calles de la ciudad y quema de castillo. Foto: Facebook @megustazacapu. Foto: Facebook Parroquia de Santa Ana. QUÉ HACER EN ZACAPU Esta ciudad posee otras riquezas históricas, turísticas y míticas, como la de la “ciudad purépecha perdida”, atrás del cerro de La Crucita, allá por La Piedrera, y otras de sus leyendas son la de la “Campana de oro hundida” y la de la “Doncella de la laguna”. Otros lugares imperdibles de visitar son La Zarcita que, aunque sus estanques ya no lucen repletos de agua como en antaño, la zona es idónea para la convivencia y para ejercitarse. Muy cerca está otra belleza natural que es la laguna, que luce esplendorosa y ofrece espectaculares paisajes. Laguna de Zacapu. Foto: Archivo. La Zarcita. Desde el cerro de La Crucita. También está la parroquia de Santa Ana, que fue convento franciscano, donde hay inscrita una fecha, 1548, que refiere a la fundación de Zacapu por fray Jacobo Daciano. O pasear por la Plaza Principal de Zacapu, frente a la presidencia municipal, y degustar una deliciosa y tradicional nieve u otros antojitos que ofrecen en sus alrededores. Panorámica de Zacapu. ¿CÓMO LLEGAR? Zacapu de encuentra a aproximadamente hora y media de Morelia. La ruta más cercana es por la carretera libre a Zacapu, pasando por Quiroga, y disfrutando de los hermosos paisajes, sobre todo en temporada de lluvias, durante un camino donde predominan las curvas. Para quienes lo visiten de otros lugares como Guanajuato, Querétaro, la Ciudad de México, entre otros, si no quieren pasar hasta Morelia, pueden hacerlo por la autopista de Occidente, rumbo a Guadalajara y entroncar en la caseta de peaje de Panindícuaro.