Los indicadores generales de educación y salud de un país, son, en buena medida, el reflejo de su nivel de desarrollo. Leonardo Lomelí, Equidad social y parlamentarismo. ETELBERTO CRUZ LOEZA Continuando con Bibiana Belsasso: En México, en una década de aplicación de la prueba PISA, se observa la problemática de rezagos en los tres rubros: lectura, matemáticas y ciencias. Ahora está por realizarse esta nueva evaluación, pero se hace en un contexto mucho más complejo y después de la pandemia. Las matrículas reflejan parte de las afectaciones por la falta de clases presenciales: De acuerdo con el INEGI – y, curiosamente la Organización Mundial de la Salud, consideró que, por la pandemia, nuestro país, tiene rezago educativo de dos años. en el periodo 2020-2021, poco más de 5 millones de jóvenes no se inscribieron a la escuela. México debe participar en esta evaluación, se supone que lo hará, pero también con este nuevo modelo educativo se podría perder la oportunidad de mantener evaluaciones como la prueba PISA. No quieren que se haga esta prueba u otras porque con la pandemia los alumnos mexicanos están muy mal preparados y no se quiere demostrar la realidad del país. Un México para los niños y niñas donde las autoridades privilegian la ideología a la preparación académica competitiva. Mis juicios son sumamente cercanos a la colaboradora de La Razón y, como ella y otros comentaristas, analistas, investigadores del sector educativo y sociólogos, está un riesgo cierto y verdadero peligro que esta propuesta de reforma con profunda penetración ideológica anacrónica sea aplicada ya, pues dada la atribución=facultad del Estado de establecer los planes y programas de estudios de la educación Básica y de actualizar=modificar los libros de texto gratuito, se esté aplicando y/o se aplicará en el inminente año escolar -2022-2023, pues estas acciones propuestas no pasarán por la discusión en el H. Congreso de la Unión, ni se discutirán en ninguna parte. . Desconozco el porqué del afán y cual sea ese afán del presidente de la República y su grupo en el poder por, realmente privilegiar la ideología que el conocimiento, que, ¡vamos! el mismo texto del enunciado, en letra y espíritu, del artículo 3° constitucional, su fracción II El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además: a) Será democrático, considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. b). -Será nacional… c). -Contribuirá a la mejor convivencia humana a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de individuos, y d). -Será de calidad, con base en el mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos. Es inaceptable que el titular del poder Ejecutivo federal haga a un lado el texto del artículo 3° constitucional – Por cierto, le encanta violarla, o hacerla a un lado, no respetarla o proponer reformarla. Aquí está la base fundacional del espíritu aspiracionista de los mexicanos – por ampliación, de todo ser humano, incluso - ¿Quién no aspira a cambiar su situación individual, familiar, por medio de la preparación, de la formación, de la actualización, de la capacitación y de la superación académica y profesional? Aunque también la suerte cuenta, pero los cambios y las transformaciones sociales firmes, duradera, estructurales son producto de la Educación. Estos predicadores y hasta terroristas-ayatolas, ideológicos ven erróneo competir y priorizan compartir… ¿qué? ¿Desigualdades? Somos una sociedad bastante desigual y nuestra educación lo muestra y demuestra. Nuestro país opera un sistema educativo más extensos del mundo, sólo inferior en tamaño a los de los países como Estados Unidos, China, India, Brasil y Japón., pero existen grandes distancias de cobertura social entre niveles educativos: si bien casi todos los niños de 5 a 15 años en México tienen acceso a un aula, el paso del bachillerato y sobre todo a la educación superior la mayoría abandona los estudios. Es en estas grandes desigualdades sistémicas que la estructura educativa mexicana se asemeja a las de Brasil, e India y se diferencia de la de Estados Unidos o Japón En este sistema que también es de selección y filtrado social, de cada 100 niños que empiezan la primaria, sólo 18 sobreviven al trayecto escolar de doce años para tener posibilidades de ingresar a un nivel superior. Un sistema educativo con estas desigualdades es a su vez un factor de segmentación social. Hay que recalcar que la insatisfacción social con la educación es un fenómeno extenso, casi mundial, no exclusivo de México. Resultado de la expansión educativa es que el sistema educativo en México se ha vuelto un enorme conjunto muy diferenciado de aparatos cada vez más complejos en lo político, lo administrativo, lo pedagógico. Los problemas y posibles soluciones de la educación preescolar son muy diferentes de los de bachillerato, la educación superior y el posgrado. Las propuestas educativas de los veinte últimos años han pasado por los cambios mayores en la historia moderna: la calidad, la pertinencia, la educación por competencias, la internacionalización, la competitividad, el desarrollo humano y dentro de estas fórmulas se ha ido imponiendo una idea: la evaluación (que debe recordarse es un instrumento que bien diseñado y orientado, es útil para mejorar los procesos educativos, en este caso). Y con estas prédicas ideológicas no se utilizará nada de esto: sólo ideologizar y compartir.