Balance, equilibrio y armonía: el artista Jorge Marín presenta ‘Diacronías’

El escultor y pintor de origen michoacano, célebre por exhibir en espacios públicos “no convencionales”, presenta por primera vez en Guadalajara esta muestra conformada por ocho piezas de bronce de gran formato, entre las que destaca la emblemática escultura ‘Alas de México’.

“El trabajo del artista es fundamental y no puede dejarse de hacer nunca, pues el Arte va intrínseco en la naturaleza del ser humano”

Jorge Marín, escultor y pintor

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Alexandro Arévalo Oros / Colaborador de La Voz de Michoacán

Tras presentar su obra en más de 330 exposiciones colectivas e individuales en alrededor de treinta y tres países de América, Europa y Asia; el pasado 12 de mayo se inauguró ‘Diacronías’, de Jorge Marín, en el exterior del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA).

Con una destacada trayectoria artística de más de 25 años, el escultor y pintor de origen michoacano, célebre por exhibir en espacios públicos “no convencionales”, presenta por primera vez en Guadalajara esta muestra conformada por ocho piezas de bronce de gran formato, entre las que destaca la emblemática escultura ‘Alas de México’.

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En exclusiva para La Voz de Michoacán, Jorge Marín conversa sobre sus obras, sobre el Arte mexicano y el contexto sociocultural que atravesamos.

En un México en el que los recortes presupuestales están a la orden del día, ¿cuál es la importancia del Arte?  ¿Y cuál es la labor del artista?

El Arte y la Cultura son importantísimos en cualquier sociedad, no solo en la mexicana. Son la historia no escrita, sino narrada con una voz mucho más sensible, como lo es la del artista, quien representa a su comunidad, a su tiempo, su forma de pensar y sentir. El artista conceptualiza el mundo en el que vive y se conceptualiza a sí mismo como parte de la humanidad. Desde que el hombre es hombre, lo vemos en las cavernas haciendo manifestaciones, aunque no consciente de que eran arte, pero sí como parte de un proceso emocional e intelectual que no se puede definir únicamente como biológico o de simple sobrevivencia.

Particularmente en México, tenemos un abanico muy amplio con manifestaciones muy plurales y los artistas nunca se han quedado al margen por falta de presupuesto. Siguen activos porque, más que una profesión cualquiera, es una necesidad de expresión. En verdad lamento que no haya más presupuesto, pero hay que ser creativos y adaptarnos a estos tiempos tan convulsos: hay que encontrar la manera de seguir ejerciendo nuestro trabajo. A través de los años, y gracias al trabajo de los artistas que estamos en activo hoy, podremos conocer cómo fue el mexicano del siglo XXI.

En ‘Diacronías' vemos algunos signos distintivos de su obra: la simetría, el equilibrio y la proporción. ¿Son estos los temas que le interesan? ¿Hay algún mensaje que pretenda transmitir?

Esta obra en particular tiene, como bien lo mencionas, varios ejes temáticos muy claros y definidos. Hablamos del equilibrio, el balance, la armonía y las simetrías. Temas que son importantes para cualquier persona, que nos motivan y nos inquietan.

Todos en esta vida estamos inmersos en un juego de balance y de lo que es nuestra existencia, por lo que es fundamental encontrar nuestro propio balance individual y no hay una fórmula para hacerlo. Así es como esta exhibición se convierte en una invitación a la autorrevisión de nuestra vida, de preguntarnos cómo está, cómo podría estar y cómo quisiéramos estar.

El autoanálisis es fundamental para tener mayor claridad, para entender la vida y adaptarnos a ella. Espero provocar esta inquietud a partir de la observación de mi trabajo y me quedaré muy satisfecho pensando que puede mover a alguien de su zona de confort, llevándolo a vivir mejor.

¿Por qué sacar el Arte de las galerías y museos para exhibirlo en las vías públicas y espacios “no convencionales”? ¿Es esta una postura política?

Es más una postura social la que tengo como artista, pues el compromiso que tengo es para con la sociedad en la que vivo. Los artistas somos comunicadores y el compromiso que tenemos estando en la vía pública es muy grande. Por lo general, nos acercamos a públicos preparados para consumir arte, pero en los espacios públicos nos encontramos con personas de lo más diversas con formas de pensar y sentir muy diferentes. En muchas ocasiones, en este gran público, hay personas para las que es la primera vez que tienen un acercamiento a cualquier manifestación artística. Allí el compromiso es doble, pues debemos seducirlas para que se vuelvan más asiduas en el tema de ver y consumir Arte.

Una sociedad crítica se puede conseguir a través del arte. Una sociedad con mejor calidad de vida, que sabe cuáles son sus derechos y obligaciones y, en ese sentido, se vuelven seres humanos más capacitados, preparados para enfrentarse a los temas tan complejos que vivimos todos los días.

Esa es mi intención estando en la vía pública, el motivar a nuevos públicos. Si no lo hiciéramos, seríamos una sociedad incompleta cuyo pensamiento no se ha alimentado con el quehacer artístico y con la capacidad de análisis y observación.

¿Qué sucede cuando su obra llega a otro país y de qué manera se gestan los intercambios culturales? ¿Estos han influido en su visión artística?

El arte es maravilloso y es todo un privilegio hacerlo. Es un lenguaje universal que va más allá de las palabras y que funciona para hacer contacto con personas tan diversas. Con mi trabajo he corroborado que los seres humanos cambiamos muchísimo en lo general y en lo exterior, pero en la parte emocional e intelectual somos tan parecidos todos. Yo soy una persona cien por ciento convencional y, por lo tanto, tengo anhelos, miedos, frustraciones y deseos tan parecidos a los demás, que nos permiten acercarnos y convivir sin importar el idioma que hablemos.

La satisfacción que me queda de ir a todos estos foros tan distintos es la certeza de que somos una gran aldea global, con todas nuestras particularidades tan maravillosas y con todas nuestras definiciones culturales, pero que en esencia somos lo mismo. Cuando el arte va a la esencia se encuentra con un solo público que no tiene nacionalidad. Esto, por supuesto, me ha enriquecido y ha influido en mi trabajo, pues me confirma que lo que quiero seguir trabajando es la siempre inquietante experiencia de estar en este mundo: qué somos, por qué somos, por qué estamos aquí, quiénes son los demás y por que están. Las preguntas básicas del ser humano que he confirmado una y otra vez compartiéndolas con los diferentes públicos de otras culturas.

Como escultor y pintor, ¿qué opina de las pintas en los monumentos y edificios históricos?  ¿Es esta una interacción “válida” con el arte?

Me da gran satisfacción encontrarme con que, el día de hoy, hay una población mucho más activa y participativa en México. Con gente que tiene voz y opinión sobre muchos temas que le conciernen y que reclaman a los gobiernos para hacer valer sus derechos. Así que, en ese sentido, las pintas son fundamentales para entender que las personas quieren decir algo, que hay que escucharlas y hay que voltear a verlas.

Los micrófonos no siempre estuvieron al alcance de todos y era sumamente frustrante vivir en una sociedad callada, encabezada por dos o tres voceros oficiales quienes no representaban el verdadero sentir de la gente. 

Hoy, la gente raya expresando lo que siente, lo que piensa y lo que opina. Lamento que dañen los monumentos históricos, pero la gente es primero. Así que se sigan manifestando porque solo así se puede cambiar y se está cambiando al país: no con la voz autoritaria de un gobierno, sino con la voz de todos.

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La exhibición ‘Diacronías’, que llegó al MUSA el pasado 12 de mayo, permanecerá en Guadalajara hasta el 2 de octubre.

Alexandro Arévalo Oros es egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Ha cursado talleres sobre periodismo, radio y creación literaria, así como un diplomado en producción de cine documental. Escribe sobre cine mexicano y sobre los agentes y proyectos que lo están revolucionado.

adanielao99@gmail.com / @alexandroda_