Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Se alista la comunidad de Nurío, en el municipio de Paracho, para festejar 24 años de la tradicional Feria de la Mazorca, que tras la contingencia sanitaria por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) retoma actividades de lleno. Es por ello que organizadores invitaron a la ciudadanía en general a que acudan a lo que será una muestra de música, danzas y gastronomía, así como exposición y venta de piezas artesanales del 10 al 12 de octubre venideros. Durante un encuentro con medios de comunicación en la ciudad de Morelia, Rufino Rubio Jasso, organizador del evento y representante de Bienes Comunales de Nurío, recordó que esta actividad tiene como finalidad rescatar el valor ancestral y cultural del maíz en las regiones purépechas de Michoacán, además de dar a conocer la riqueza de las tradiciones indígenas. En especial destacó la labor artesanal que realizan las mujeres de la población, reconocidas por su habilidad como bordadoras en punto de cruz, de tal forma que, por ejemplo, la elección de la reina y princesas del Festival de la Mazorca tienen que ver mucho con el respeto de este legado. En la rueda de prensa estuvieron presentas seis de las participantes, seis jovencitas de entre 15 y 16 años que más que su belleza contarán con sus conocimientos sobre las tradiciones del pueblo para contender por estos títulos. Sobre este tema, Alejo Moreno, juez comunal, reconoció que cada vez a menos muchachas les interesa este certamen. A pesar de ello, señaló que la festividad sigue representando un legado cultural en términos de que el maíz es la base de la alimentación en las zonas indígenas y en Michoacán en general. “Aquí los agricultores labran la tierra, la siembran y cosechan”, dijo, destacando que son variedades distintas las que se cosechan, mazorcas de diversos colores. Finalmente, Lucero García Medina, subsecretaria de Desarrollo de la Secretaría de Turismo de Michoacán, coincidió en la importancia del maíz como centro cultural y de alimentos en la región, al tiempo que reconoció la labor que se realiza en comunidades como Nurío, donde se mantienen vivos valores y tradiciones ancestrales, en donde destacó la rica y variada gastronomía.