Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Imagina un mediodía rodeado de naturaleza, sintiendo el aire fresco de Pátzcuaro, acompañado por tu pareja, mejor amigo o tus hijos e incluso tu mascota. ¿El plan? Una caminata en medio de la vegetación, un vuelo en parapente y convivir en un espléndido sitio. El lugar que te imaginas es nada menos que el mirador del Estribo Grande en Pátzcuaro, el pueblo mágico más popular de Michoacán. Y es que este lugar tiene magia propia. Es un mirador situado en lo alto de un volcán apagado a 3 kilómetros de Pátzcuaro, al que se llega por un hermoso paraje empedrado rodeado de árboles. Foto: Facebook. El paraje que conduce al mirador. A espaldas del mirador, se extiende una escalera de más de 400 peldaños que llega hasta la cima del cerro. Si se tiene suerte, puede verse a voladores en parapente que se lanzan desde el mirador cuando el viento es favorable. Es muy importante tener en cuenta las condiciones del viento y que los operadores de estos vuelos son los que saben sí es o no prudente realizar el vuelo o no. Cuenta con un gran quiosco de piedra que simula ser construido con troncos de árboles, en el cual hay bancas y mesas para uso de los visitantes. En un costado hay asadores techados para uso público. Así que no te lo imagines más y haz realidad este viaje que te dejará excelentes vivencias, selfies y recuerdos. Foto: Facebook. El quiosco armoniza con el entorno natural. ¿QUÉ VER EN PÁTZCUARO? Visitar Pátzcuaro es una experiencia aparte, con un vasto abanico de actividades para disfrutar entre calles empedradas: desde una visita al lago hasta caminar entre sus plazas, la Vasco de Quiroga y la Gertrudis Bocanegra. Foto: Bike Mexico Si te gusta el arte sacro y conocer la historia, están los recintos religiosos, como la Basílica de la Salud, el Sagrario, con sus famosos arcos; el santuario de Guadalupe o el templo contiguo al exColegio Jesuita, que fungió como la primera sede del entonces obispado de Michoacán. La “Casa de los Once Patios” es un sitio imperdible en una visita al pueblo mágico michoacano, en la que los visitantes pueden pasar horas entrando a cada uno de sus rincones. Foto: Archivo. Casa de los Once Patios. Las opciones son infinitas en este encantador lugar, uno de los principales y antiguos centros ceremoniales purépechas. ¿Y PARA COMER? Y luego de un movido, pero satisfactorio día, nada mejor que entrarle con todo a su rica gastronomía que deleita hasta al más exquisito de los paladares entre charales, mojarras doradas, pescado blanco, corundas, uchepos, enchiladas placeras y atole de grano. Foto: elsouvenir.com. PARA CERRAR CON BROCHE DE ORO Si vas a Pátzcuaro y no pruebas la deliciosa nieve de pasta en los portales frente a la plaza Vasco de Quiroga, es como sino hubieras ido.