El diablo travieso toma forma y color en este pueblo michoacano, enclavado en la Meseta Purépecha

Manos expertas dan vida a creativas y divertidas figuras del singular personaje, desde temas tradicionales hasta lo que están de moda, en Ocumicho.

Fotos: Facebook vía Colibrí Peralta y Travesías Uérani.

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Michoacán. Cornudos, traviesos, con le lengua de fuera, los hay de diversas y creativas formas y colores. En este pueblo purépecha, las manos expertas de sus artífices con barro moldean fantásticas y divertidas figuras del diablo.

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Es en Ocumicho, localizado en la región de la Meseta Purépecha, donde cuenta la leyenda que el singular personaje recorría la población molestando a sus habitantes; poseía los perros, andaba por los árboles, se agitaba y gritaba. También dicen que rondaba a la gente que enfermaba y enloquecía.


Para evitar al latoso demonio, alguien sugirió que habría que destinarle sitios donde pudiera vivir sin que molestara, y así surgieron los famosos “Diablitos de Ocumicho”.

Foto: Facebook vía Ocumicho michoacan.

El origen de estas pintorescas figuras también tiene otra historia, la del joven Marcelino, que le gustaba elaborar figuras de barro, actividad que en ese tiempo era considerada una actividad propia de las mujeres.

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Según el relato, Marcelino comenzó a moldear al diablo de barro luego de que éste se le apareciera en una barranca.

Pero hay quien también afirma que fue Guadalupe Margarito Linares quien dio vida a los diablitos, ya que, según su nieto, Rutilio Pascual Zacarías, de acuerdo con una información de “México desconocido”, su abuelita fue a la feria de Cherán a vender sus productos y entre las figuras que llevaba era un diablito.

Foto: Facebook vía Travesías Uérani.
Foto: Facebook vía David Navarro.
Foto: Facebook vía Vive el Folklore.

Y aunque existen más versiones, esta tradición sigue viva, heredada generación tras generación, en esta localidad perteneciente al municipio de Charapan, a cerca de tres horas de la capital michoacana.

Pero no solo los diablitos resaltan el arte de Ocumicho, ya que su alfarería es vasta y sus mujeres también dan forma a creativos y coloridos juguetes de barro, silbatos, muñecas, alcancías y figuras de molde.

Foto: Facebook vía Belinda Aceves.
Foto: Facebook vía Travesías Uérani.
Foto: Facebook vía Michoacán travel.

A COMER SE HA DICHO

Quienes visiten este pueblo encantado por el travieso maligno no pueden dejar de degustar la gastronomía típica y exquisita de sazón purépecha.

La cocina tradicional de la región consiente hasta el más exigente paladar con un rico churipo, corundas, atole de grano, uchepos, arroz con mole y mucho más.

Foto: vía Patamban.com.

CÓMO LLEGAR

Ya sea por la autopista de Occidente entroncando hacia Zamora o la carretera libre a Guadalajara, pasando por Quiroga y Zacapu, desviándose en Tangancícuaro, se puede llegar a este encantador pueblo purépecha:

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