Redacción / La Voz de Michoacán Michoacán. Pátzcuaro, uno de los pintorescos lugares michoacanos preferidos para visitar, no solo es atractivo por su emblemático lago o por cada uno de sus rincones arquitectónicos ricos en historia, también por sus leyendas, como la que se cuenta en el sitio ubicado en las esquinas de Narvarte con Dr. Coss. En este sitio, cercano a la Casa de los Once Patios, se encuentra una pila que data del siglo XVI, mandada construir por Don Vasco de Quiroga, para abastecer de agua a los pobladores. Pero antes de su construcción y de la llegada de los españoles, la leyenda relata que en ese lugar había un venero de agua donde los sacerdotes purépechas enjuagaban sus collares de caracoles llenos de sangre; esto provocó que el agua adquiriera un sabor salinoso. Ya edificado el pilancón, se cuenta que el demonio, en forma de un agresivo y negro gato, espantaba y atacaba a quienes pasaban por ahí. Atemorizados, los habitantes pidieron el auxilio de la autoridad eclesiástica y entonces se ordenó construir sobre la pila una pequeña capillita y en su interior se pintó al arcángel San Miguel, quien en la Biblia aparece como el que venció a satanás. Así se ahuyentó al terrorífico animal endemoniado y los habitantes recuperaron cierta tranquilidad, pero… Foto: tomada de mansioniturbe.blogspot.com. LA SILLA DEL DIABLO Cuentan que después de que se expulsó al diablo de la pila de San Miguel, el espíritu maligno no se dio por vencido, y continuaba merodeando por la zona. Ahí, en una pendiente, sobre la calle Dr. Coss, existe una piedra sobre la cual, según los relatos, el demonio se sentaba hasta que la derritió y la dejó en forma de silla; a la fecha existe la llamada “Silla del Diablo”. Foto: Facebook. ¿QUÉ VER EN PÁTZCUARO? Visitar Pátzcuaro es toda una experiencia, con un vasto abanico de actividades que se pueden realizar entre calles empedradas, como ir al lago, caminar entre sus plazas: Vasco de Quiroga y Gertrudis Bocanegra. Visitar históricos recintos religiosos, como la Basílica de la Salud, el Sagrario, con sus famosos arcos; el santuario de Guadalupe o el templo contiguo al exColegio Jesuita, que fungió como la primera sede del entonces obispado de Michoacán. Basílica de Nuestra Señora de la Salud. El Sagrario. ExColegio Jesuita y sede el primer Obispado de Michoacán. O darse una vuelta por la tradicional “Casa de los Once Patios”, en la que los visitantes pueden pasar horas entrando a cada uno de sus rincones. Pero esto solo es una parte de lo que se puede ver en Pátzcuaro, uno de los principales y antiguos centros ceremoniales purépechas. Casa de los Once Patios. ¿Y PARA COMER? Su rica gastronomía deleita hasta el más exquisito de los paladares, entre charales, mojarras doradas, pescado blanco, corundas, uchepos y atole de grano. Y antojitos como enchiladas, pambazos frente a la ‘plaza chica’ o su deliciosa nieve de pasta en los portales frente a la plaza Vasco de Quiroga. Foto: elsouvenir.com.