Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Cada año, miles de mariposas embellecen los bosques del oriente michoacano y del Estado de México con su color y vuelo. Es la mariposa monarca y sobre este encantador lepidóptero giran míticas historias que realzan su atractivo. Los pequeños insectos de color naranja, contornos negros y manchas blancas, luego de una larga travesía desde los bosques del norte de Estados Unidos y sur de Canadá, comienzan a llegar a los santuarios mexicanos en noviembre, mes en que también se celebra la tradición del Día de Muertos, y cuenta la leyenda que las almas de los seres amados de pueblos originarios como mazahuas y purépechas, que ya han partido de este mundo, regresan encarnados en mariposas monarca. También se dice que los muertos viajan en sus alas para llegar a los altares. Por eso las reciben con ofrendas, cera y copal. La mariposa en general fue un importante ser de culto incluso entre los aztecas, a la que llamaban Quetzalpapálotl, también asociada a Xhochiquétzal, diosa de la belleza y las flores. Consideraban a los lepidópteros como “espíritus del bosque”, por lo tanto “animales sagrados”. Y para los mayas eran guerreros muertos en batallas o sacrificios que, según la creencia, en su tránsito rumbo al inframundo acompañaban durante cuatro años al dios del sol, luego su alma se transformaba en mariposa. Dice una antigua leyenda: “Cuando quieras desear felicidad y convertir los deseos en realidad, susurra a una mariposa tu petición y entrégale su libertad. Agradecida con tu deseo, volará y la alegría y el amor te llegarán”. ‘LLEGARON MÁS ALMAS’ ESTA TEMPORADA Con base en la leyenda, en diciembre de 2021 aumentaron las “almas” que llegaron encarnadas de mariposa monarca a Michoacán y al estado vecino del oriente, pues se reportó una ocupación de 2.84 de hectáreas de bosque, frente a las 2.10 documentadas en el mismo mes de 2020. De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), se ubicaron seis colonias dentro de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y cuatro en el exterior. De ellas, cinco se encontraron en Michoacán y otras cinco en el Estado de México. EL ORIENTE, LLENO DE ENCANTO El oriente michoacano, a parte de la mariposa monarca, está lleno de belleza y encanto. Muy cerca de los santuarios de El Rosario, Sierra Chincua y el de Senguio, se encuentran otros atractivos sitios imperdibles de visitar. Ahí está Angangueo, atrincherado entre imponentes cerros, donde los techos de teja de sus casonas, calles estrechas, caseríos aquí y allá sobre las laderas, resaltan la magia de este pintoresco asentamiento. Este Pueblo Mágico con antecedentes mineros, que serpentea entre las montañas y que también se ha levantado de eventos trágicos, como la inundación ocurrida en 2010, posee un abanico de sitios encantadores como el Monumento al Minero, el mirador Cruz de Hierro, el templo de la Inmaculada Concepción, que data del siglo XIX, la parroquia de San Simón y la Plaza de la Constitución. O Tlalpujahua, de pasado minero, calles empedradas y donde la Navidad es permanente, con la producción de miles de esferas y más productos navideños. Sus atractivos son diversos, como el primer convento del pueblo, el sobrio recinto de San Francisco, ubicado en su parte baja; el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, con una portentosa fachada de estilo barroco y en su interior, la imagen de la virgen plasmada en un enorme bloque de pared que fue rescatado –considerado un milagro– de la inundación de 1937, catástrofe que cobró miles de vidas. Cerca del santuario se encuentra la explanada donde solamente queda la torre de una capilla, vestigio de aquella tragedia, donde veneraban los mineros a la Virgen del Carmen, pintada al óleo. También se encuentra la Mina Dos Estrellas, que aguarda al turista un viaje en el tiempo de historias y anécdotas. Foto: Juan Carlos Huante, La Voz de Michoacán. Foto: Juan Carlos Huante, La Voz de Michoacán.