Una gran peña y una encantadora cascada, los paraísos casi intactos de Atécuaro, tenencia de Morelia
Esta comunidad, la más antigua de la capital michoacana, aguarda estos atractivos sitios en contacto con la naturaleza, donde el visitante también sucumbirá ante el exquisito sabor del pan de rancho.


Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Morelia no sólo posee una riqueza cultural y arquitectónica, que le han valido el reconocimiento como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, también tiene en sus tenencias invaluables tesoros naturales ideales para el descanso, la recreación o la práctica de diversas actividades deportivas y extremas apartados del bullicio de la urbe.
Parques ecoturísticos, lagos, cascadas, montañas, flora, fauna son parte de la diversidad de sitios que el municipio moreliano ofrece al visitante en total contacto con la naturaleza.
Ahí están Santiago Undameo, Jesús del Monte, San Miguel del Monte, Cuto de la Esperanza, Chiquimitío o Teremendo, donde aguardan esplendorosos paraísos naturales, pero hay otros escondidos y casi intactos como en la tenencia más antigua de Morelia: Atécuaro.


A solo 30 minutos de la capital y a una altitud de 2,240 metros sobre el nivel del mar se encuentra esta comunidad llena de encanto rústico, donde uno de sus atractivos es su enorme peña, a la cual se asciende en un recorrido de más de 3 kilómetros.
A Atécuaro se llega en automóvil, mismo medio en el que continúa hacia Puerto Madroño y desde ahí comienza la aventura a pie hasta llegar a su cima, en la cual hay zonas desde donde se practica el rapel de 30 o 20 metros de altura con ayuda de profesionales de esta actividad extrema o simplemente contemplar a placer del maravillo paisaje.




UN OASIS DE BRISA FRESCA
Muy cerca, en la localidad de El Tejocote, entre un camino tapizado de vegetación y hojas caídas de los abundantes árboles, se descubre otro cautivador lugar.
Es su cascada del mismo nombre, enclavada en medio de un frondoso bosque lleno de pinos y eucaliptos, desde la cual cae y corre el agua cristalina; en esta área también existen pasadizos entre las rocas que hacen más inolvidable la experiencia íntima con la naturaleza.


EXQUISITO SABOR DE RANCHO
En muchos hogares de Atécuaro la leña arde en las entrañas de esos hornos tradicionales de donde emerge un olor exquisito y de sabor irresistible para el paladar.
Después de la aventura al natural no hay más que consentirse con un rico pan de rancho, amasado, moldeado y horneado totalmente de manera artesanal, herencia que ha trascendido generaciones entre las familias de esta tenencia.

