Redacción / La Voz de Michaocán México. Hace medio siglo, en un año caracterizado por guerras, hambrunas, violencia en las calles y una brecha generacional creciente, hombres del planeta Tierra pisaron por primera vez otro cuerpo celeste, y la gente alrededor del mundo se unió como nunca antes ni después. La misión Apollo 11 y la llegada del hombre a la Luna es el 20 de julio de 1969. Pero la misión despegó cuatro días antes, el 16 de julio. Duró poco más de 195 horas, más de ocho días. Centenares de millones sintonizaron radios o contemplaron las imágenes borrosas en blanco y negro cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los astronautas del Apolo 11, pusieron pies en la luna el 20 de julio de 1969, en una de las hazañas tecnológicas más gloriosas de la humanidad. En 1961 la Unión Soviética llevaba la delantera en la carrera espacial con el primer satélite, el Sputnik, y el primer vuelo espacial tripulado, el de Yuri Gagarin. Entre ambas naciones comenzó la conquista del espacio. John Tribe, uno de los primeros científicos especialistas en cohetes de Cabo Cañaveral, consideraba imposible cumplir el reto del presidente John Kennedy, el cual consistía en mandar al primer hombre a la luna y regresarlo sano y salvo. El presidente Richard Nixon había preparado un discurso para la eventualidad de un desastre: “El destino ha dispuesto que los hombres que fueron a explorar la luna en paz se quedarán en la luna descansando en paz”. Sin embargo, el descenso fue más alarmante que la partida. Faltando minutos para el alunizaje, una sucesión de alarmas de la computadora remeció al Eagle. Se encendieron las luces indicando precaución. Pero los controladores de vuelo habían ensayado esa situación hipotética antes del vuelo, y la misión continuó. Entonces apareció un cráter lleno de piedras en el lugar indicado para alunizar, y Armstrong tuvo que prolongar el vuelo hasta encontrar un sitio seguro. Poco después se escuchó la voz de Armstrong: “Houston, aquí la Base Tranquilidad. El Eagle ha descendido”. Eran las 16.47. Hay un montón de tipos cianóticos aquí. Hemos vuelto a respirar”, respondió el Control de Misión. Armstrong fue el primero en descender los nueve escalones y tocar la superficie lunar a las 22.56. Aldrin lo siguió 18 minutos después. En una gravedad la sexta parte de la terrestre, recogieron rocas, instalaron experimentos y plantaron una bandera estadounidense con un armazón de alambres para que pareciera ondear en el vacío. Habría cinco misiones más a la superficie de la luna _una explosión obligó a abortar Apolo 13_ antes de que se abandonaran los últimos tres vuelos y se pusiera fin prematuro a todo el proyecto. En todo caso, el primer alunizaje elevó la moral de Estados Unidos _y del planeta_ cuando más lo necesitaban. La guerra de Vietnam, los enfrentamientos civiles y raciales, todas las cosas malas que sucedían, yo no les prestaba demasiada atención porque teníamos tanto trabajo en el mundo espacial. La Guerra Fría y todo eso”, dijo JoAnn Morgan, la única mujer en el control de lanzamiento de Apolo 11. “Fue una demostración tan extraordinaria del poder y la pasión de nuestro país”. La lucha entre naciones por conquistar el espacio China prevé la primera llegada de sus astronautas a la Luna en aproximadamente 15 años. La Agencia Espacial Europea ha presentado el concepto de una “aldea lunar” que podría ser realidad en 2050. Rusia planea llegar al satélite en 2030, aunque muchos expertos dudan de que se realice el hallazgo por parte de esta nación. La india ha mostrado que podría estar cerca de lograrlo. Para está última nación llegar a la Luna pondría de manifiesto sus avances tecnológicos. China se posicionaría como una potencia mundial fuera del planeta. Para Estados Unidos y la NASA, ahora, la Luna es una escala evidente en el camino a Marte, comenta un reportaje del New York Times. ¿Por qué nadie ha vuelto en 50 años? De acuerdo con expertos consultados por el NYT, las prioridades cambian con los caprichos del congreso y de los presidentes, quienes financian las misiones. La ciencia se ve pues condicionada a la política en turno. Pero en la era de Donald Trump, parece que podría volverse a la luna muy pronto. Todo depende de si el polémico mandatario es reelegido. La NASA tuvo buenas noticias para sus últimas inquietudes cuando el vicepresidente Mike Pence anunció la meta de volver a poner a los estadounidenses en la Luna para 2024. Durante las últimas décadas la NASA se concentró en construir exploradores robotizados que llegarán más lejos que la luna: a Marte. así como el cinturón de asteroides y los mundos exteriores del sistema solar. Con el pasar del tiempo, hubo cada vez más pocas iniciativas para regresar a la luna. Estados Unidos ya había ganado la misión. De acuerdo con reportajes sobre el tema, hay dos razones primordiales por las que no se ha mandado de vuelta al hombre a ese satélite: Dinero y falta de interés verdadero político y científico. Especialistas consultados por el New York Times enviar una nave tripulada a la Luna era excesivamente costoso y realmente no ha existido una justificación verdaderamente científica para sostenerla De acuerdo con el especialista, más allá del interés científico, detrás de las misiones a la Luna se encontraban motivos políticos y propagandísticos. En la práctica, es muy difícil convencer al Congreso de aprobar un presupuesto tan desmesurado cuando, desde el punto de vista científico, no había suficientes razones para regresar a la Luna", comenta el medio. La misión de 2024 Para la misión de 2024 se contempla que se cueste de 20 mil a 20 mil millones de doláres. Artemisa, es el nombre de la misión que llegaría de nueva cuenta a la Luna. Se planea que después de misiones de prueba astronautas primero viajarían a Gateway, un puesto de avanzada que orbita alrededor de la Luna, y de ahí tomarían otra nave espacial a la superficie lunar, en algún lugar cerca de su polo sur. Las razones que se tienen ahora tanto científica, política y económica son: Descubrir que hay hielo en la profundidad delos cráteres polares donde nunca brilla el sol. Sería agua potable y que descomponerse puede crear aire respirable. Pero lo que más destaca es que la Luna puede convertirse en almacén de combustible para que las naves espaciales llenen sus tanques antes de alejarse a otros cuerpos celestes. De acuerdo con la BBC Cada vez son más las iniciativas estatales y privadas que no solo anuncian un regreso al satélite, sino ambiciosos planes de colonización, la mayoría de ellos basados en el abaratamiento de las tecnologías y la fabricación de naves espaciales. Muchas iniciativas privadas buscan modelos de negocio espacial que van desde explotar los minerales que hay en la Luna hasta vender trozos del satélite como piedras preciosas. Con información de Ap, NY y BBC