Día Mundial de los Humedales: México es el segundo país con más ecosistemas de este tipo

Estos ecosistemas son clave para el mantenimiento de la vida y las condiciones climáticas, sin embargo, son de los más amenazados por la actividad del hombre.

Foto: EFE

Redacción / La Voz de Michoacán

Organizaciones ecologistas desarrollan numerosas actividades con motivo del Día Mundial de los Humedales, que se conmemora este domingo para poner en valor la utilidad de unos ecosistemas muy amenazados, pese a que están considerados como elementos clave para la mitigación de las consecuencias del cambio climático.

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Esta jornada se celebra cada 2 de febrero porque en esa fecha se aprobó en 1971, en la ciudad iraní de Ramsar, el tratado internacional relativo a la conservación de estos espacios naturales al que ya están suscritos 172 países, según la última actualización de su lista.

En Michoacán los humedales más importantes son nueve: el lago de Chapala, que abarca los municipios de Cojumatlán de Régules, Venustiano Carranza y Briseñas; la laguna de Zacapu; el lago de Pátzcuaro, que baña los municipios de Pátzcuaro, Quiroga, Tzintzuntzan, Erongarícuaro, Tingambato, Huiramba y Nahuatzen; el de La Mintzita, en Morelia; la llamada Alberca de los Espinos, en Jiménez; las playas de Colola, Maruata y Mexiquillo, en Aquila; y la Laguna del Caimán, en Lázaro Cárdenas.

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Análisis ecologistas

Los activistas ecológicos organizan numerosos actos públicos y gratuitos, que sólo en el caso de SEO/BirdLife llegan al centenar, relacionados con las aves acuáticas que se benefician de estos hábitats distribuidos por toda la geografía mundial, aunque la mayoría están en riesgo, pues según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, desde el año 1700 se ha destruido el 87 por ciento de los humedales del planeta.

Su degradación afecta a la biodiversidad ya que hasta miles de especies de aves dependen de ellos "de una u otra forma" y, de las especialmente vinculadas a esos ecosistemas, en la mayoría se han detectado descensos poblacionales.

Otros análisis practicados por WWF certifican que los humedales son capaces de absorber "más CO2 que muchos bosques", además de generar un microclima propio que ayuda a combatir la aridez y las altas temperaturas, lo que los convierte en ecosistemas "clave" para luchar contra los efectos del cambio climático.

La responsable del programa de aguas de WWF, Teresa Gil, explicaba a EFE que "son especialmente útiles para absorber dióxido de carbono, secuestrado en sus sedimentos” y almacenado "de forma estática en aquéllos con capas de agua con salinidad", lo que dificulta su liberación con la misma facilidad que en los bosques, más vulnerables por talas e incendios.

Pero los humedales sólo cumplen este papel correctamente "cuando están bien conservados" según insisten portavoces de la Fundación Global Nature, especializada en este tipo de ecosistemas, a tenor de los datos recopilados para su documento ‘Humedales mediterráneos y mitigación climática’, del proyecto LIFE Wetlands4Climate.


Un plan sin recursos

En noviembre de 2022, la Conferencia Sectorial de Medioambiente aprobó el Plan Estratégico de Humedales 2030 para “evitar, detener y revertir la pérdida y degradación” de estos espacios naturales: un "marco teórico adecuado”, según Gil, pero que luego no ha sido dotado de recursos para ejecutarlo convenientemente porque “a día de hoy sigue sin haber un inventario de todos los humedales del país y de su estado de conservación”, más allá de los análisis de las organizaciones ecologistas.

"No cuentan con el agua que necesitan, ni en cantidad, ni en calidad", denuncia, y así se puede apreciar en los problemas que afrontan algunos.

La sobreexplotación de los recursos hídricos y la contaminación orgánica de las aguas, fruto de actividades ganaderas o agrícolas de carácter industrial, junto con la presencia de construcciones con impacto ambiental, especialmente en las zonas de costa, son las principales causas de degradación de los humedales según las organizaciones consultadas por EFE.

Por ello, es preciso "complementar todas las actuaciones estatales con mecanismos de gobernanza que permitan implicar a la población local en la restauración y conservación de estos entornos" insistiendo en los beneficios que ofrecen, concluye Gil.