A un siglo de la muerte del místico ruso Rasputín

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Ciudad de México.- Grígori Efímovich o Yefímovich Novikh Rasputín, también conocido como “El Monje Loco”, es uno de los personajes más emblemáticos y misteriosos de la historia Rusa. Su leyenda se mantiene no obstante que se cumplen 100 años de su muerte.

De origen campesino y sin ninguna formación, Rasputín pasó a la historia como un personaje oscuro, sumamente influyente entre la dinastía Romanov, y tras su muerte, plagada de versiones, su mayor fama la ha mantenido por el supuesto tamaño de su miembro viril, del que tanto llegó a presumir en vida.

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De acuerdo con información del sitio especializado “Biografiasyvidas.com”, al cumplir los 19 años contrajo matrimonio con Proskovia Fiódorovna, con quien tuvo cuatro hijos a quienes dejó en Rusia para emprender un viaje por Grecia y Jerusalén, como monje ortodoxo.

La misma fuente señala que durante ese viaje, Rasputín recurrió a donaciones de campesinos que iba encontrando a su paso, con lo cual logró sobrevivir; se le consideraba un místico y se le atribuía el poder de curación y predicción de futuro.

En 1903 visitó San Petersburgo, sitio en el que continúo con su tarea de ayudar a los más necesitados, fue también el que lo condujo a conocer al inspector de la Academia de Teología, monseñor Teofán, quien lo conectó con las familias más acaudaladas de la ciudad.

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Fue conocido como un hombre santo y escogido por Dios, que fue cobrando renombre hasta que en 1904, ante la enfermedad del heredero del trono, Rasputín fue presentado a la Zarina Alexandra Fiodorovna, una mujer muy religiosa y muy supersticiosa, añade el portal “Página de la Historia”.

Al principio y tras visitar al zarévich, la zarina no creyó en los atributos y visiones del monje, pero en una de las ocasiones en que fue llamado a palacio, Rasputín curó de forma temporal al infante, supuestamente, mediante la hipnosis.

Después de aquello fue admitido por la zarina y el zar a vivir en Palacio para poder asistir al zarévich, enfermo de hemofilia, heredada de su madre.

En 1907, gracias a la influencia de Rasputín sobre la zarina, fue colocado en un cargo público con poder en el gobierno del zar, fue en el tercer centenario del cumplimiento de los Romanov ante el trono de todas las Rusias que Rasputín fue colocado en un lugar de honor y destacado cerca a la familia imperial.

A principios de la Primera Guerra Mundial (1914-1919), Rusia se vio envuelta en un momento difícil, el zar Nicolás II asumió el mando del ejército y como consecuencia de ello, Rasputín se hizo con el control absoluto del gobierno.

Su poderosa influencia en la corte imperial logró causar revuelo en la opinión pública, donde permeaba su mala reputación, la cual le valdría el mote de Monje Loco.

El 29 de diciembre de 1916 fue asesinado por un grupo de aristócratas que le habían invitado a una fiesta en San Petersburgo, de acuerdo con datos disponibles, le dieron pasteles y vino cargado de cianuro.

Al ver que lo que había ingerido no causaba efecto alguno, el príncipe Yussupov le disparó en el pecho y lo golpeó en la cabeza para finalmente arrojarlo al Río Neva.

Grígori Efímovich o Yefímovich Novikh Rasputín es considerado por algunos como uno de los responsables del estallido de la Revolución Rusa.

Sobre las leyendas de su mítico gran pene, los historiadores han demostrado que no existe forma de corroborar que el miembro que exhibe un museo erótico ruso pertenezca en realidad a Rasputín, y que éste incluso podría pertenecer a algún equino.