"Aída" llega al Auditorio Nacional directo desde el Met de Nueva York

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Foto: Tomada de Internet. El clásico de Giuseppe Verdi, “Aída”, estrenado en 1871 en el Teatro de la Ópera de El Cairo.

Notimex/La Voz de Michoacán

 

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Ciudad de México. El clásico de Giuseppe Verdi, “Aída”, estrenado en 1871 en el Teatro de la Ópera de El Cairo, se transmitió en vivo desde el Met de Nueva York, en la pantalla gigante de alta definición del Auditorio Nacional.

El público disfrutó de la ópera en cuatro actos y siete cuadros, con libreto en italiano de Antonio Ghislanzoni, basado en unas notas de Auguste Mariette y reelaborado por Camille Du Locle.

El reparto, a cargo de Anna Netrebko (Aída), Anita Rachvelishvili (Amneris), Aleksandr Antonenko (Radamés), Quinn Kelsey (Amonasro), Dmitri Belosselskiy (Ramfis) y Ryan Speedo Green (El Rey), dio vida a una historia llena de guerras y amor.

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En medio de una completa escenografía, que cambia durante la obra, la historia de "Aída" se desarrolla en el antiguo Egipto, por lo que los intérpretes de bel canto, acompañados por una orquesta en vivo, lucieron un espléndido vestuario que  remonta a esa época.

Las voces de los intérpretes, sobre todo de Netrebko, quien personifica a "Aída", mostraron una tesitura educada y refinada, al grado que en una de las arias se llevaron los aplausos del público tanto del Met de Nueva York como del "Coloso de Reforma".

La historia de "Aída" se desarrolla en el antiguo Egipto, durante el reino de los faraones. En el palacio real de Menfis, el sumo sacerdote "Ramfis" le informa al guerrero "Radamés" que Etiopía está planeando otro ataque contra ellos.

"Radamés" espera estar al mando de su ejército. Está enamorado de "Aída", la esclava etíope de la princesa "Amneris", la hija del rey, y cree que si sale victorioso de la guerra, podrá liberarla y casarse con ella.

Pero "Amneris" está enamorada de "Radamés" y cuando están reunidos los tres, los celos la hacen intuir que él ama a "Aída". Un mensajero le informa al rey de Egipto y a los sacerdotes y soldados, que los etíopes están avanzando.

A solas, "Aída" no logra elegir entre el amor por "Radamés" y su lealtad hacia su país natal, donde su padre "Amonasro" es el rey. Al momento en que los sacerdotes consagran a "Radamés" al servicio de los dioses, "Ramfis" le ordena proteger a su patria.