“Mariache” y “matria” son dos términos a los que recurre el investigador ÁlvaroOchoa Serrano, no se trata de inventos sino de conclusiones a las que ha llegado y que decide abanderar aunque estén fuera del léxico común, porque él es en sí un hombre poco convencional, que no se conforma con lo que le dicen y está por sentado. Su libro más reciente es una invitación para conocer más sobre lo que identificamos como una agrupación musical bajo el nombre del mariachi, pero que es mucho más como se explica en “La música va a otra parte. Mariache México-Estados Unidos”, editado por el Colegio de Michoacán y el Colegio de Jalisco. El Centro Cultural de la UNAM en Morelia fue la sede de la presentación, presidida por Luis Jaime Cortés, rector del Conservatorio de las Rosas, y Tamara Martínez Ruiz, secretaria general de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Morelia. Martínez Ruiz destacó la fluida redacción con la que Ochoa lleva al lector a conocer el fenómeno añejo de la migración México-Estados Unidos desde el siglo XVIII, a través de la historia de la música mexicana. El trabajo permite conocer los circuitos de movimiento y las redes sociales que se formaron fuera del territorio nacional, en torno al mariachi, y es que “¿quién no cantamientras vive?” preguntó, por lo que la música se mueve con la gente y es parte esencial de su vida cotidiana, desde el momento en que se hace limpieza en el hogar hasta las fiestas. Recomendó a quien esté interesado en el texto, acompañar la lectura con la búsqueda de los temas musicales en internet; a lo que el autor complementó que está disponible el libro y disco adjunto Michoacán músicos y música (2007), también editado por el Colegio de Michoacán. Por su parte, Luis Jaime Cortés expuso que Ochoa incursiona en un territorio poco abordado por la academia, ya que la etnomusicología se concentra en estudios de la música no comercial, relacionada con grupos étnicos ymanifestaciones muy particulares; mientras que los musicólogos se abocan a lo que se considera música de alta cultura, por lo que las expresiones populares quedan sin atención. Para leer la nota completa, consulta la edición impresa de este 22 de enero del 2016.