México.- Reconocida a nivel mundial gracias a su diario, en el que cuenta las penurias de una familia judía perseguida por el régimen Nazi, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-45), Ana Frank nació el 12 de junio de 1929. Su nacimiento sucedió en Francfort del Meno, Alemania, hija de Otto Frank y Edith, quienes además tuvieron a Margot, hermana mayor de Ana. Al ascenso de Adolf Hitler al poder, la familia decidió dejar el país y establecerse en Ámsterdam, Holanda. De acuerdo con el sitio “annefrank.org/es”, los Frank residieron en Plaza Merwedeplein, el padre abrió una empresa, la madre se dedicó a las labores del hogar y Margot y Ana acudían a la escuela. Sin embargo, ante la amenaza de guerra, Otto intentó que la familia huyera a Inglaterra o Estados Unidos pero fracasó. Casi a la par, Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, dando inicio a la confrontación, y el 10 de mayo de 1940 fue invadida Holanda, rindiéndose cinco días después. Los nazis impusieron medidas antijudías cada vez más estrictas. El padre perdió su empresa y sus hijas tuvieron que acudir a escuelas exclusivas para judíos; tras una nueva falla en el intento de huida a Inglaterra, los Frank se escondieron en la parte trasera de la casa donde Otto tenía su fábrica, para lo que recibió la ayuda de sus trabajadores Hermann van Pels –judío-, Johannes Kleiman y Víctor Kugler. Cuando Margot Frank recibió una carta de que debía presentarse a un campo de trabajo, el 5 de julio de 1942, al día siguiente la familia entró a la clandestinidad, a la que se sumaron en las semanas siguientes las familias Vanj Pelz y la del dentista Fritz Pfeffer. Todos en la casa de la parte trasera del taller. En el escondite, los Frank debieron llevar una vida silenciosa para no ser encontrados; fueron ayudados por los empleados de la fábrica Johannes Kleiman, Víctor Kugler, Miep Gies, Bep Voskuijl, Jan Gies, esposo de Miep, y de Johannes Voskuijl, quienes les proporcionaron alimentos, ropa, libros y noticias. De toda la situación, Ana escribió los pormenores en su diario, que poco antes de la clandestinidad le había sido regalado por su cumpleaños, donde además escribió sobre su propia vivencia, lo mismo que cuentos y citas de escritores en la parte “Libro de frases bonitas”. Según la misma fuente, entonces el ministro de Educación de Holanda hizo, a través de la radio inglesa, un llamado para conservar los diarios de la época, por lo que Ana decidió convertir a sus apuntes en una novela a la que planeaba llamar “La casa de atrás”. Poco antes de terminar la reescritura la familia fue descubierta por los nazis el 4 de agosto de 1944 y fue arrestada junto con los ayudantes Johannes Kleiman y Victor Kugler. Luego de pasar por la oficina central del Servicio de Seguridad alemán, la prisión y el campo de concentración de Weterbork, fueron deportados a Aushwitz. Tras la detención, Miep Gies y Bep Voskuijl rescataron el diario de Ana, localizado en la “casa de atrás”. A la fecha, las investigaciones no han dejado claro cómo fueron descubiertas las familias que vivían en dicho lugar. Otto Frank sobrevivió a la guerra y, según el sitio “ushmm.org”, fue liberado por los soviéticos en enero de 1945. La página “annefrank.org/es” indica que al regresar a los Países Bajos buscó a su familia, enterándose de la muerte de su esposa Edith y en julio siguiente del deceso de sus hijas. Conforme a “annefrank.org”, Ana murió de tifoidea en el campo de concentración de Bergen-Belsen, en una fecha aún desconocida, aunque la Cruz Roja en su momento estableció su deceso entre el 1 y el 31 de marzo de 1945, unos meses antes del fin de la guerra. No obstante, siguiendo la misma fuente, recientes investigaciones indican que es poco probable que Ana y su hermana estuvieran vivas en marzo y que probablemente murieran durante el mes de febrero de 1945. Su padre, Otto Frank, recibió el diario de Ana de manos de Miep Gies, lo leyó y quedó impresionado, según “annefrank.org/es”. El 25 de junio fue publicado con el título “La casa de atrás” y un tiraje de tres mil copias. Gracias al documento, millones de personas conocieron las penurias de Ana y su familia, y los judíos en general.