EFE / La Voz de Michoacán Venecia, Italia. El escultor mexicano Rodrigo De la Sierra reflexiona sobre la inmigración en el mundo actual, la obligada y la voluntaria, con una escultura de su famoso alter ego, Timoteo, que llega hasta Venecia en el marco de la 59ª Bienal de Arte. La Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia abrirá al público del 23 de abril al 27 de noviembre, pero desde el 20 de abril está presentando a los medios de comunicación las distintas propuestas de los más de 200 artistas que exponen en los pabellones nacionales y en los eventos colaterales. De la Sierra (México, 1971) participa con una escultura de bronce, titulada "Horizonte", que mide casi cinco metros de largo y que forma parte de la exposición colectiva "Personal Structures", organizada por el Centro Cultural Europeo dentro de la Bienal. La pieza está ubicada en los Jardines de la Marinaressa de la ciudad de los canales y muestra a un grupo de personas, aglutinadas en la popa de una embarcación que se levanta por el contrapeso que ocasionan, mientras que solo un hombre valiente se separa y mira al horizonte en la proa. "Es una forma de ver que, si uno tiene la destreza de separarse de la masa para ir a la proa, si tiene la oportunidad de mirar más allá, de querer moverse, puede asumir el mando y liderar al resto de personas", ha explicado a EFE este doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma del Estado de México. La obra reflexiona sobre la inmigración en los tiempos actuales, desde los flujos que llegan a Europa desde África, hasta la inmigración de Ucrania por la guerra de Rusia y también la migración en México, la que va hacia Estados Unidos y la que llega al país procedente de otros estados latinoamericanos. "Hay una inmigración voluntaria que permite a las personas moverse y enriquecerse. Y hay una inmigración forzada que es atroz, de gente que no se quiere ir de sus países pero que tiene que hacerlo porque son perseguidos políticos, por hambre, por falta de oportunidades", lamenta. El protagonista es Timoteo, un personaje que De la Sierra creó inicialmente "como un alter ego, una especie de narrador" que diera forma a sus inquietudes y sus miedos, pero que con el tiempo ha convertido en una figura "sin rasgos definidos", capaz de representar a todo mundo y a nadie en concreto al mismo tiempo. Con más de 13 años de trayectoria como escultor, De la Sierra ha expuesto su obra en las ciudades más importantes de países como Italia, China, Corea del Sur, Estados Unidos y México.