Notimex/La Voz de Michoacán Puebla. “Nuevos materiales” es la reciente exposición de la artista Beatriz Santiago Muñoz, quien llega al Museo Amparo para presentar esta obra que integra una serie de trabajos recientes, que movilizan dispositivos de producción de imágenes para aproximarse al pasado a través de los afectos y de lo sensorial. Con una charla por parte de la artista y con el corte de listón, el Museo Amparo de esta ciudad abre sus puertas al público para que disfruten de esta muestra hasta el 4 de marzo de 2019. Bajo la curaduría de Catalina Lozano, la exposición es el resultado de una investigación sobre el movimiento anticolonial puertorriqueño activo en los años 1970 y 1980. Ante la pregunta de cómo acceder a una cotidianidad en la que se producía una lucha política en el pasado, Santiago Muñoz “fabrica memorias” utilizando el potencial de la fantasía y la esfera de los sueños como terrenos desde los cuales dar sentido a una materialidad obliterada. La lucha política en cuestión invocada en estos trabajos es la FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional), un grupo revolucionario anticolonial puertorriqueño activo entre 1974 y 1983. Más precisamente, Santiago Muñoz se aproxima a aquellos militando desde Chicago. Muchos activistas de esta organización fueron sentenciados a prisión con condenas excesivas por su trabajo en contra de la ocupación estadounidense en Puerto Rico, acusados de “conspiración sediciosa”, lo que en la opinión pública se traducía como terrorismo. Ante las evidencias producidas por el poder hegemónico estatal – reportes del FBI, de las cortes criminales, etcétera– Santiago Muñoz busca crear otro tipo de registro que recurre a un inconsciente sensorial que atraviesa lo político y lo vital y que da cuenta del otro lado de esta historia. En Oneiromancer (2017), la abogada Jan Susler, defensora de los derechos de los prisioneros políticos puertorriqueños habla de su labor profesional. A través de los movimientos de la cámara y las imágenes que acompañan su relato, así como de los testimonios de Santiago Muñoz, empezamos a entrever el rol de los afectos y de los sueños en el ejercicio de memoria que implica revisitar documentos y lugares que quedan como testigos mudos de una forma de pensar forzada a desaparecer. El título, que hace referencia a una forma de adivinación basada en la interpretación de los sueños, evoca un colapso de temporalidades a través del que podemos tal vez proyectar otras realidades. Safehouse [Casa de seguridad]" (2018), coproducida con el Museo Amparo, es una película de dos canales en la que un grupo de tres personas comparten sincrónicamente la tensión inherente a una situación de clandestinidad en un espacio cerrado. Por un lado, las manifestaciones cotidianas del cuerpo y su relación física y psíquica con el entorno; por el otro la guardia, el discurso, el trabajo. En sus lados A y B estos extremos se encuentran y se interrumpen con una explosión, una bomba “literal y de la mente”, un momento de interrupción que hace posible el surgimiento de algo que había permanecido velado. Por medio del sonido, Santiago Muñoz se pregunta sobre la posibilidad de evocar la dimensión política de una cotidianidad enrarecida. Ante la ausencia de una cultura material que pueda hablar de ese momento, Santiago Muñoz busca y produce nuevos materiales para leer esos sueños, acceder a ese inconsciente sensorial. Las obras reunidas aquí parten de imágenes y objetos, rastros del desaparecido movimiento político, para expandirlos y así reformular esta historia.