Cancún. La bajista y contrabajista estadounidense Esperanza Spalding (Portland, 1984) demostró la noche del sábado al cerrar la sexta edición del festival Oasis Jazz U porqué fue invitada a la Casa Blanca y a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a Barak Obama En la Oasis Arena, la también compositora y vocalista, quien inició su formación musical de manera autodidacta después de ver a los cuatro años de edad una aparición de Yo-Yo Ma, dejó en claro sobre el escenario que posee inteligencia, sensibilidad y capacidad técnica. Dotada de una voz única, singular, y una sencilla y sincera forma de hacer contacto con el público que llenó el foro de este punto turístico, la intérprete de jazz estuvo acompañada en su experiencia mexicana por Justin Tyson (batería) y Matthew Stevens (guitarra eléctrica). El trío encabezado por la cuatro veces ganadora del premio Grammy, incluyendo el de mejor artista nuevo, interpretó los temas “Crowned & kissed”, “I know you know”, “Nothing like you” y “Work of art”, inspirada en la también músico Abbey Lincoln (1930-2010). Otros temas interpretados durante el concierto fueron “UCL”, “Winter sun”, “Cinnamon tree”, “Endangered species”, “Black gold” y “I adore you”, luego de lo cual se retiró del escenario, al cual la ovación de la gente hizo regresar a Spalding quien improvisó una canción para cerrar el concierto. La jazzista que ha tocado al lado de figuras como Michel Camilo (piano), Dave Samuels (vibráfono), Stanley Clarke (bajo), Pat Metheny (guitarra), Donald Harrison y Joe Lovano (saxofón) y Patti Austin (cantante) realizó un recorrido musical por una amplia variedad de géneros y estilos. Así, se colocó en la vanguardia del jazz, pero también retomó formatos anteriores como el bebop e incluso el bossa nova, lo mismo que se acercó al funk y blues, todo con muestras de sus dotes con los instrumentos que maneja, lo mismo que hicieron Tyson y Stevens. Dotada de un carisma natural, hizo fuerte contacto con el público asistente, que no dejó de aplaudir, silbar y hasta gritar, para incluso en un par de temas cantar a la par de la autora de los discos “Junjo” (2006), “Esperanza” (2008), “Chamber music society” (2010), “Radio music society” (2012) y “Emily´s D+Evolution” (2016). Previamente se había presentado sobre el mismo escenario la banda mexicana Troker, asentada en la ciudad de Guadalajara y la cual dejó plasmado el sello musical que le da identidad única y le ha llevado en dos ocasiones a ser invitada al festival de Glastombury. Encabezada por el bajista Samo, el tecladista Christian y el baterista Frankie, el grupo mostró ser una maquinaria bien aceitada de hacer música, jazz de diferentes estilos y épocas, sin letras, y que tiene temas en los que lo mexicano sale a superficie, sobre todo en los metales (saxofón y trompeta). Los músicos estuvieron acompañados por el DJ Sónico, quien mostró una gran integración a la música de la banda, quien se encarga en su música de abrir una y otra vez caminos sonoros y de texturas musicales para dejar en claro que suenan a Troker. El público asistente también dio una sonora despedida a la agrupación mexicana, en el concierto que cerro la edición 2017 del encuentro de jazz que cada año se enfoca a un género o estilo en particular y que en esta ocasión además hizo un homenaje a Fernando Toussaint, fallecido en febrero pasado.