"Cosi fan tutte" arranca temporada en Bellas Artes

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Ciudad de México.- Aunque su trama ha sido vista con un dejo de misoginia pues plantea el tema de la infidelidad femenina, la ópera "Cosi fan tutte" de Wolfgang Amadeus Mozart, que la noche de ayer domingo comenzó temporada en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, no es más que una ópera bufa, una gran comedia adaptada a los tiempos actuales, y una pieza sustentada en una gran composición musical.
La obra que también es llamada "Así hacen todas" o "La escuela de los amantes" es ante todo un drama jocoso en dos actos con música de Mozart y libreto del italiano Lorenzo da Ponte, quien también trabajó con Mozart los libretos de Fígaro y Don Giovanni. Se trata de una pieza colorida, divertida, humana y de gran movimiento escénico.
Bajo la dirección musical de Srba Dinic, al frente de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, y con Timothy G. Ruff Welch, como director huésped del Coro del mismo Teatro de Bellas Artes, la ópera tuvo una buena recepción entre los asistentes pero sin que los aplausos cimbraran el recinto; mantuvo atentos a los espectadores que rieron y hasta lanzaron expresiones jocosas cuando llegan las infidelidades y los enredos amorosos.
La obra que cuenta con la dirección escénica de Mauricio García Lozano, tiene en su elenco a la soprano Silvia Dalla Benetta, la mezzosoprano Isabel Stüber Malagamba, al tenor Orlando Pineda y al barítono Armando Piña, en los papeles centrales de los cuatro enamorados que protagonizan esta comedia de enredos provocados por los personajes interpretados por la soprano Patricia Santos y el tenor Jesús Suaste.
Si Mauricio García Lozano celebró la adaptación de esta pieza, lo más atractivo de la versión de esta ópera bufa, además de la extraordinaria música donde destacó la interpretación del clavecinista Ricardo Magnus, estuvo en las voces de los cantantes, pero también en la propuesta y diseño de escenografía de Jorge Ballina y el diseño de iluminación de Víctor Zapatero.
Sobre el escenario un gran pizarrón afirma que se trata de una escuela, luego la misma imagen generada por un proyector va organizando las escenas donde se mueven los seis personajes de esa historia de enredos, de amores y de apuestas, de asechos y descubrimientos, de certezas sobre el amor femenino, sobre el amor masculino, pero también sobre los asombros ante la infidelidad.
A lo largo de tres horas, la ópera bufa transcurre, su drama jocoso está enmarcado por tres paredes que se mueven simétrica, pero también asimétricamente; hay una habitación interior y sobre todo mar y cielos, una nube, un árbol y una roca inmensa que suben, bajan y se voltean sobre el escenario; hay también un barquito de papel que es visto por los cuatro amantes, dos vestidos de naranja y dos de verde.
Al final, el examen del amor y la fidelidad está determinado por lo humano, por el deseo de quien ama y vuelve a amar y a ser amado, un entretejido de pasiones y deseos que concluyen está opera que tendrá tres funciones más los días 9, 11 y 14 de mayo, en un final de enredos, de entretejidos que se cruzan de aquí para allá y más allá. Así hacen todas. Así hacemos todos cuando se trata del amor y los movimientos del alma.

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